18 Fevereiro 2017
Aunque ni el CNI ni el Zapatismo intentan competir con los partidos políticos, esta vez participarán en el proceso electoral con una mujer indígena como candidata independiente.
El reportaje es de Jorge Alonso, publicado por Revista Envío, 15-02-2017.
Después de una amplia consulta con sus bases el Congreso Nacional Indígena decidió sacudir la conciencia nacional convocando a que la indignación, la resistencia y la rebeldía se hagan presentes en las boletas del proceso electoral presidencial de 2018. Aunque ni el CNI ni el Zapatismo intentan competir con los partidos políticos, esta vez participarán en el proceso electoral con una mujer indígena como candidata independiente. Es una apuesta audaz que busca organizar y movilizar a los de abajo.
El año 2017 inició en México con crecientes olas de descontento en amplias capas de la población por el “gasolinazo”: enorme aumento de los combustibles, de la electricidad y del gas, lo que implica alzas en el transporte y en todos los productos de la canasta básica.
Esta nueva crisis evidencia el fracaso de las reformas estructurales del régimen de Peña Nieto y también probó la falta de palabra del Presidente, que había anunciado que las gasolinas no subirían y que no deja de alabar sus reformas, insistiendo en que mejoran la vida de la población. En la realidad, quienes han mejorado cada vez más son los vinculados a las grandes corporaciones y la alta clase política, sumida en un pantano de corrupción, mientras la gente común padece la carestía de la vida y sufre por el vertiginoso desplome de la moneda nacional.
El gobierno intenta hacer frente al descontento con la reiteración de discursos mentirosos que a pocos engañan. Para completar el cuadro, un agravio más, que mancilla la soberanía, fue el nombramiento de Luis Videgaray, hombre de confianza de Peña Nieto, como nuevo Canciller de la República. Videgaray, un inexperto en relaciones internacionales, fue el promotor de la visita de Donald Trump a México.
Pese a la represión, las marchas de protesta no cesan. Organizar el descontento y el enojo de la gente ante un gobierno incapaz de ver la realidad y las señales de un estallido social es un enorme desafío.
En octubre de 2016 el Zapatismo y el Congreso Nacional Indígena (CNI), en el que se reúnen 66 etnias, al celebrar el vigésimo aniversario del Congreso, proclamaron que ha llegado el tiempo de hacer vibrar a México con el latir ancestral del corazón de la Madre Tierra. En ese encuentro repasaron cada uno de los agravios y despojos sufridos, refrendando que su resistencia y rebeldía deben fortalecer espacios colectivos de tomas de decisión, haciendo a un lado a los partidos políticos, que sólo generan corrupción y compra de dignidades.
Se declararon en asamblea permanente para llevar a cabo una consulta con el objetivo de nombrar un Concejo Indígena de Gobierno, que tendría una mujer indígena al frente, que sería candidata independiente a la Presidencia de la República en las elecciones de 2018 en representación del CNI y del EZLN.
El CNI y el EZLN proclamaron que esta iniciativa no es por el poder, sino para convocar todos los descontentos y así detener la destrucción capitalista y construir una nueva nación para todas y todos...
La decisión produjo una agitada reacción en el país, un debate intenso y extenso. Los zapatistas vieron racismo en las reacciones de medios de pensamiento avanzado y se preguntaron que si la sola sugerencia de una mujer indígena representando a la nación había causado tanto revuelo, qué pasaría si las palabras de esa mujer recorrieran el México de abajo...
Exhortaron a leer con cuidado la propuesta del CNI, que indicaba que preguntarían antes de tomar una decisión definitiva. Los zapatistas recordaron esa frase de los indignados, que afirma que “los sueños de los de abajo no caben en las urnas de los arriba” y enfatizaron que el CNI es el único espacio donde los pueblos originarios pueden hacerse escuchar. Se felicitaban de que los del CNI hubieran pasado a la ofensiva presentándose con capacidad para gobernar el país con una mujer indígena al frente, aun sabiendo que el sistema electoral en México está diseñado sólo para beneficiar a los partidos políticos.
Lo relevante de esta iniciativa es su capacidad de desatar un proceso de reorganización combativa, no sólo de los pueblos originarios, también de muchos otros sectores: obreros, campesinado, empleados, colonos, maestros, estudiantes, toda esa gente cuyo silencio e inmovilidad no es sinónimo de apatía, sino de ausencia de convocatoria. Por otra parte, ganen o no la contienda electoral, lo relevante es el desafío, el quiebre total de la imagen del indígena como objeto de limosnas. Lo atrevido de la iniciativa levantaría esperanzas no en uno, sino en muchos de los Méxicos de abajo y del mundo.
Lo relevante es hacer del CNI un punto de unión en torno a ese Concejo y a esa mujer indígena, de manera que la iniciativa pueda generar un gran movimiento que haga cimbrar todo el sistema político nacional. El Zapatismo afirmó que respetaría las decisiones del CNI, sus pasos, sus caminos, y que serían una fuerza más entre las que se sentirían convocadas por este desafío, apoyándolo plenamente.
Mientras el CNI consultaba a los pueblos sobre esta audaz propuesta, al finalizar 2016 e iniciar 2017 los zapatistas organizaron un novedoso encuentro con científicos durante ocho días. Participaron en él unos 80 científicos de once países (biólogos, físicos, matemáticos, astrónomos, ecólogos, biotecnólogos, médicos, agrónomos, vulcanólogos, especialistas en computación, etc.). Fueron jornadas en que se compartió mucha sapiencia.
El Zapatismo se pregunta si la Ciencia puede ser un bien común y cuál es el papel de la Ciencia, tanto favoreciendo las fuerzas de la opresión como las de la liberación. Quieren saber cómo contribuyen las Ciencias a la transformación del mundo. Quieren saber que si el capitalismo usa la Ciencia para destruir la Naturaleza, para hacer más ricos a los ricos, cómo hay que luchar contra el capitalismo con la buena Ciencia, con el arte y con los guardianes de la Naturaleza. A los científicos que acudieron al evento los zapatistas les demandaron estudios científicos y no sólo técnicos, les pidieron una Ciencia y Tecnología capaces de hacer que la vida le gane a la muerte. Quieren entender el mundo, pues sólo conociéndolo podrán hacer un mundo nuevo y mejor.
Previamente, los zapatistas se habían preparado con reuniones de las comunidades y en asambleas de zonas eligieron a quienes participarían en el encuentro. Las comunidades enviaron a cien mujeres y a cien hombres como alumnos. No intervinieron individualmente, sino que realizaban un trabajo colectivo para entender las exposiciones y transmitirlas después a sus comunidades.
Las preguntas colectivas se refirieron a los transgénicos, al daño que pueden hacer los alimentos y las medicinas químicas, a cómo mejorar la producción. Querían saber la causa de los terremotos, las ventajas de las vacunas. Querían saber si los teléfonos celulares causan daño y qué enfermedades pueden prevenirse con el estudio del genoma humano. Preguntaban sobre la clonación de personas y de animales, sobre los principios éticos de la Ciencia. Les interesaba saber si se puede vivir sin el capitalismo, si podemos o no detener el exterminio de la Madre Tierra, si hay Ciencia humana que no caiga en lo inhumano. Y también querían saber cuál es el mejor método para enseñar Ciencia a niños y jóvenes de las escuelas autónomas zapatistas.
En el Zapatismo ha crecido la preocupación porque la seudociencia gana cada día nuevos seguidores. Las comunidades esperaban pruebas científicas y no consignas. Saben que para afrontar los retos que se han propuesto necesitan las herramientas de los conocimientos científicos.
En las comunidades hay ahora educación, agroecología, radios comunitarias y se comparten conocimientos. Los niños que han nacido en el contexto de la construcción de la autonomía necesitan de la Ciencia. Las comunidades ya han aprendido a usar aparatos de ultrasonido, a leer placas, ya hay dentistas, laboratoristas… Los jóvenes terminan sus estudios y quieren aprender más. Las generaciones que vienen quieren conocer más para avanzar más. Entienden que necesitan clases, talleres, prácticas para enfrentar a la hidra capitalista mejorando la alimentación, la salud y la producción. Saben también que es necesaria la unión de la sabiduría de los pueblos originarios con los conocimientos de los científicos y los artistas para lograr otra forma de ver, de pensar, de imaginar cómo ir construyendo un cambio ante las dimensiones que ha alcanzado la crisis estructural mundial con la violencia criminal, catástrofes naturales, carestía y desempleo crecientes, escasez de servicios básicos, colapso energético, migraciones, hambre, enfermedades, deshumanización…
Al finalizar el encuentro las alumnas zapatistas, representantes de cada una de las comunidades de los diferentes Caracoles, enfatizaron que, aunque la Ciencia es tarea de hombres y de mujeres, ven machismo en la comunidad científica. Dijeron que era la primera vez que se habían encontrado con científicos y científicas y que lo que habían aprendido les había provocado más preguntas e inquietudes y que hubo mucho que no comprendieron.
Durante el encuentro habían caído en la cuenta de que el despojo que sufren los pueblos se hace a nombre del “progreso” y eso hace más necesaria conocer una Ciencia que supere “la fuerza de gravedad” de un sistema que aplasta a los de abajo. Se preguntaban cómo explicar las palabras científicas en los idiomas de sus diferentes pueblos. Y reconocieron que, siendo muy valiosos los conocimientos de sus pueblos, también necesitaban de los conocimientos científicos para mejorar la salud, la educación, la producción y la alimentación.
El Subcomandante Galeano destacó la importancia de las enseñanzas de la Ciencia. Los Subcomandantes zapatistas invitaron a los participantes a un nuevo encuentro para finales de 2017 e inicios de 2018 en tierras zapatistas para que científicos y científicas puedan reflexionar entre sí sobre su quehacer, planteen propuestas y las discutan entre ellos, de manera que el zapatismo pueda observar el proceso científico de llegar a acuerdos.
Simultáneamente a este encuentro, del 29 al 31 de diciembre se llevó a cabo la segunda etapa de los trabajos del Quinto Congreso Nacional Indígena, en la que se revisaron los resultados de la consulta interna entre los pueblos.
Finalmente, el CNI decidió sacudir la conciencia de la nación mexicana contribuyendo a que la indignación, la resistencia y la rebeldía figuren en las boletas del proceso electoral presidencial de 2018. El CNI y el EZLN declararon que, aunque no es su intención competir con los partidos en esta ocasión, participarán con una mujer indígena como candidata.
Valoraron que, mientras el país permanece sumergido en el miedo y el terror que generan miles de muertos y desaparecidos, en varios pueblos originarios hay seguridad. Y mientras la destrucción alcanza todos los rincones del país, muchos pueblos defienden la tierra, el agua y sus territorios. Y mientras los malos gobiernos dejan la educación en manos de las corporaciones capitalistas para que deje de ser un derecho, los pueblos originarios crean primarias, secundarias, bachilleratos y universidades con sistemas educativos propios, basados en la protección de la Madre Tierra, en la defensa territorial, en la producción, en las ciencias y en las artes. Y mientras los medios de comunicación de paga engañan, manteniendo dormidos a los pueblos del campo y de la ciudad, haciendo pasar por delincuentes a quienes defienden lo suyo, en los pueblos originarios se han ido creando formas de comunicación propias para fortalecer la organización de abajo.
Mientras la “democracia” representativa de los partidos políticos se ha convertido en una burla a la voluntad popular, en la que los votos se compran y se manipula la pobreza, los pueblos originarios siguen fortaleciendo consensos y asambleas como órganos de gobierno, en los que con la voz de todos y todas se hacen acuerdos realmente democráticos.
Mientras los gobiernos imponen sus decisiones en beneficio de unos cuantos, suplantando la voluntad colectiva de los pueblos, criminalizando y reprimiendo a quienes se oponen a sus proyectos de muerte, los pueblos originarios defienden de forma constante la consulta previa, libre e informada.
Mientras los malos gobiernos, con sus reformas privatizadoras entregan la soberanía energética del país a los intereses extranjeros y los altos costos de la gasolina delatan la mentira capitalista que sólo traza caminos para la desigualdad, la respuesta de los pueblos indígenas y no indígenas de México va en aumento.
Desde estas perspectivas de lucha y de esperanza, el CNI dio a conocer que 43 pueblos indígenas habían acordado finalmente nombrar un Concejo Indígena de Gobierno con representantes de cada uno de los pueblos, tribus y naciones que lo integran. Este Concejo se propone gobernar el país y tendrá como representante a una mujer indígena del CNI, que sería candidata independiente a la Presidencia de México en las elecciones del año 2018 bajo los principios de obedecer y no mandar, representar y no suplantar, servir y no servirse, convencer y no vencer, bajar y no subir, proponer y no imponer, construir y no destruir.
Con esta iniciativa, el CNI y el EZLN llaman a los pueblos originarios de México, a los colectivos de la Sexta, a los trabajadores y trabajadoras del país, a frentes y comités en lucha del campo y de las ciudades, a la comunidad estudiantil, intelectual, artística y científica, a la sociedad civil no organizada y a todas las personas de buen corazón a cerrar filas y a pasar a la ofensiva, para desmontar el poder de arriba y reconstituirse ya no sólo como pueblos, sino como país, desde abajo y a la izquierda, sumándose en una sola organización.
Con este anuncio el CNI y el EZLN tienden puentes a la sociedad civil, a los medios de comunicación y a los pueblos originarios para vencer el miedo y para luchar por recuperar los territorios invadidos o destruidos, por la presentación de los desaparecidos, por la libertad de los presos políticos, por la verdad y la justicia para los asesinados, por la dignidad del campo y de la ciudad.
Será en mayo de 2017 cuando una asamblea constitutiva del Concejo Indígena de Gobierno para México decida quién será la candidata.
Existe un firme convencimiento de que, tanto los pueblos originarios como la sociedad mexicana, enfrentan así la última oportunidad de cambiar pacífica y radicalmente las formas de gobierno.
Al cumplir 23 años de su alzamiento, el Zapatismo constata que en 2017 el pueblo de México está peor que cuando el EZLN lanzó su grito de “ya basta”. Por eso, felicitaron que el CNI haya decidido esta propuesta iniciando este camino. Y si en 1994 no todos podían participar en el alzamiento zapatista, en la lucha propuesta ahora por el CNI pueden participar todos, tanto en el campo como en la ciudad, abriendo un camino de unidad en la lucha de los de abajo.
La lucha a la que invita el CNI alienta a que cada quien en su lugar, con sus modos y en sus tiempos participe. Los zapatistas apoyarán al CNI con todas sus fuerzas, conscientes de que la propuesta del CNI es la última oportunidad para que los suelos y cielos mexicanos no desparezcan. Los zapatistas confían en que la iniciativa anime, organice y movilice con dignidad al pueblo mexicano y a los pueblos del mundo.
A inicios de 2017, Boaventura de Sousa Santos escribió que la locomotora del capitalismo ha conducido a una situación de crisis civilizatoria radical, en la que la sostenibilidad de la vida sobre la tierra se encuentra amenazada. Señaló como pruebas interrelacionadas de la devastación el aumento de las sequías y las inundaciones, la recurrente amenaza de una crisis alimentaria global, los flujos migratorios de refugiados ambientales, el aumento de enfermedades inducidas por un medioambiente contaminado, la explotación cada vez más voraz de los recursos naturales, el despojo de tierras ancestrales a los pueblos indígenas para beneficiar grandes megaproyectos de desarrollo y las violencias producidas por todos estos procesos.
La propuesta del CNI y del EZLN quiere ser una respuesta. Según Raúl Zibechi se trata de crear condiciones para organizarse y superar el miedo que provoca el genocidio en marcha. La propuesta contribuirá a que los muy diversos sectores del abajo mexicano se organicen, dándoles un instrumento para enlazarse. Pasar de la indignación y la rabia a la organización es la clave de cualquier proceso de cambios profundos y radicales.
Los zapatistas y el CNI proponen la coyuntura electoral para propiciar esa organización en enlace. Es una apuesta. Es la oportunidad de que el poder de abajo se exprese de diversas formas, incluyendo las papeletas electorales.
Diana Itzu consideró que el proceso de construir ese Concejo con una mujer indígena como vocera y candidata independiente frente a las instituciones patriarcales y coloniales y sus formas de dominio y exterminio constituye un desafío para la vida y por la vida. La iniciativa no pretende el culto a la personalidad, sino hacer visible la esencia de la vida. La figura de una mujer indígena es el símbolo de la Madre Tierra y de la Casa Común.
Ante la degeneración de la política por los de arriba algunos habíamos llegado a pensar que habría que dejar que ese arriba se pudriera solo, mientras los de abajo ensayaban otra democracia propia, cuyos frutos serían sus autonomías.
Ahora, el Zapatismo y el CNI nos han enseñado que otro de los graves despojos que ha sufrido el pueblo es el de la democracia, y que ese poder de arriba con su mala democracia está causando males inmensos.
Al proponer que una indígena del CNI sea candidata independiente en las elecciones presidenciales de 2018 no nos están invitando a disputar el poder de arriba, sino a aprovechar ese proceso para que los pueblos y colectivos en sus abajos renueven sus resistencias y rebeldías con organización. Los están invitando a conjuntarse para hacer la otra democracia y así defenderse de tanto despojo y destrucción.
Convocan al descontento, a ampliar la organización y a detener los despojos. Y como las luchas ya existen, habrá que propiciar su multiplicación, pero sobre todo su organización y enlazamiento con el instrumento de ese Concejo.
Ya la misma consulta llevada a cabo por el CNI consiguió renovar su organización reactivándola. El proceso que viene será una forma de defensa de los derechos de los de abajo y de creación de otro tipo de democracia. Pero no sólo. Esta nueva etapa de lucha tiene la característica de propiciar innovaciones de gran aliento. Sin duda, se trata de una riesgosa apuesta, que puede generar una dinámica que, rompiendo viejas rutinas y dogmas, impulse una transformación que México necesita con urgencia, que ya no puede esperar.
FECHAR
Comunique à redação erros de português, de informação ou técnicos encontrados nesta página:
México. Para convocar a los de abajo: una indigena candidata independiente - Instituto Humanitas Unisinos - IHU