02 Fevereiro 2017
El presidente mexicano debía viajar a Estados Unidos, pero la visita fue cancelada debido a las provocaciones de Donald Trump. Pese a que los mexicanos están unidos, el ánimo contra su propio gobierno no mejora.
"Muchos mexicanos tienen miedo", dice el politólogo mexicano Carlos Pérez Ricart, que trabaja en la Universidad Libre de Berlín. Los empresarios, los que tienen familiares en Estados Unidos y la gente de clase media que sufre más que otros con las fluctuaciones de la economía son los que más se preocupan por las alzas arancelarias, los controles fronterizos más estrictos y los impuestos con los que ha amenazado Donald Trump.
El reportaje es de Greta Hamman, publicado por Deutsche Welle, 01-02-2017.
"La mirada de muchos mexicanos se concentra ahora en Estados Unidos", dice Pérez Ricart. "Esto lleva a que muchas personas ya no se preocupen de los problemas internos, sino en enfrentar al enemigo externo", apunta el experto. Esto conlleva un incremento del nacionalismo, lo que puede verse en los perfiles de distintas redes sociales, donde ya abundan fotos de la bandera mexicana u otros símbolos patrios.
Pero todo esto no hace olvidarse de los profundos problemas que afronta el país. No solo el dominio que han impuesto los carteles de la droga en distintos lugares, sino también los numerosos escándalos de corrupción en los que se ha visto envuelto el Gobierno son temas que generan preocupación. Ambos son asuntos que el Ejecutivo de Enrique Peña Nieto había prometido abordar.
"Los mexicanos no han visto ninguna mejora estructural convincente, sino al contrario, más bien deterioros en todas las áreas", dice la politóloga mexicana Liucy Pedroza, del instituto GIGA de Hamburgo. Incluso allí donde los gobiernos han tomado cartas no se ven progresos. "Las reformas prometidas fueron pobremente aplicadas tanto en el sector de la energía como en el de la economía", apunta la experta. Los últimos sondeos dan una aprobación de apenas el 12 por ciento al presidente.
Pero Peña Nieto quiere mantenerse firme con su programa, al que también pertenece la liberalización gradual de los precios de la gasolina y el gas. Ya en febrero debería darse un paso más en esa línea para avanzar en un proceso que debería estar cerrado a fines de 2018. Hasta hace poco, el Ministerio de Finanzas fijaba los precios de los combustibles.
La medida llegó en un momento especialmente malo para México: el peso está en un mínimo histórico y, al mismo tiempo, los precios del petróleo están subiendo en todo el mundo. Para muchos mexicanos esta combinación se asocia no solo a mayores gastos en combustibles, sino también en electricidad, que desde comienzos de enero es más cara. Y, además, la inflación se ha visto disparada por un incremento generalizados en el costo de la vida.
El malestar contra el gobierno de Peña Nieto crece. Incluso en los días posteriores a la asunción de Donald Trump en Estados Unidos, donde en todo el mundo miles de personas salieron a protestar a las calles, en México las manifestaciones iban dirigidas contra su propio jefe de Estado. Muchos hasta le atribuyen un grado de responsabilidad en el triunfo de Trump.
Peña Nieto fue el único jefe de Estado que invitó a Trump durante la campaña electoral estadounidense a realizar una visita a su país. Y eso a pesar de que dicha campaña cada vez tenía tintes más antimexicanos. Entre otras declaraciones, Trump había calificado a los mexicanos como "traficantes de drogas" y "violadores".
Apenas un día después de su visita a Ciudad de México, Trump se mostró durante un acto de Arizona tan inflexible como siempre. "Ellos van a pagar el muro, lo que pasa es que todavía no lo saben", dijo. Trump usó a Peña Nieto "como telonero para su show ", escribió el periodista mexicano Ricardo Raphael en un comentario titulado "Trump como problema, Peña no es solución". Muchos mexicanos piensan parecido. El 75 por ciento de ellos cree que su presidente no está en condiciones de hacer frente a Trump.
En realidad, Peña Nieto podría haber usado la situación de mejor forma, dice el politólogo Pérez Ricart. "Pero el gobierno mexicano carece de fuerza y confianza", sentencia el especialista.
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México: Trump no, Peña Nieto tampoco - Instituto Humanitas Unisinos - IHU