Por: Lara Ely | Tradução: Juan Hermida | 22 Setembro 2017
Un nuevo estudio de la Organización Internacional del Trabajo – OIT y de la Fundación Walk Free, en sociedad con la Organización Internacional para las Migraciones – OIM, revela la verdadera escala de la esclavitud moderna en todo el mundo. Los datos, lanzados el último martes, 19/09/2017, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, muestran que, en 2016, más de 40 millones de personas fueron víctimas de la esclavitud y 152 millones de niños entre 5 y 17 años sometidos al trabajo esclavo infantil – 11 millones de ellos en América Latina.
Las nuevas estimativas muestras que las mujeres y las niñas son las más afectadas por el problema, representando 71% del total. Las mujeres representan 99% de las víctimas del trabajo forzado en la industria comercial del sexo y 84% de los casamientos forzados. Ya el trabajo infantil queda concentrado principalmente en la agricultura (70,9%) sector de servicios (17,1%) e industria (11,9%).
Recientemente, Brasil y otros seis países latinoamericanos comenzaron a testar una herramienta para combatir el problema. Se trata de un modelo estadístico que clasifica territorios de la región de acuerdo con el nivel de probabilidad de la incidencia de casos de trabajo infantil, e identifica cuales factores contribuyen para el fenómeno. Según la organización, el acceso a los datos es esencial para poder diseñar políticas públicas articuladas y preventivas. En 2017, Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Jamaica, México y Perú irán aplicar los primeros testes de la herramienta.
El grupo de teatro “Ñapash Purina”, de jóvenes de la zona, actuó en dos cortometrajes para prevenir la trata
El asunto pautó los debates en la reunión de Cooperación Sur-Sur entre los países de iniciativa Regional América Latina y el Caribe Libres de Trabajo Infantil, realizada la semana pasada en Brasilia. La estimativa de los participantes del encuentro es que sería necesario destinar 0,3% del PBI nacional de los países latinoamericanos y caribeños para acabar con la práctica en la región hasta el 2025.
La coordinadora del Programa Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil de la Organización Internacional del Trabajo – OIT en Brasil, Maria Cláudia Falcão, enfatizó la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, que estableció 17 Objetivos de Desarrollo Sustentable - ODSs, en 2015. Una de las metas prevé la garantía de la “prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, que incluyen el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y de este año hasta 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas.”
“Tenemos una iniciativa latinoamericana que, con la anticipación de dos años sobre los ODSs, ya discutía la importancia de combatir el trabajo infantil por medio del levantamiento rigoroso de datos, demostrando como los países de aquí ya se adelantaros en el cumplimiento de la meta 8.7”, observó Maria Cláudia.
Según reportaje publicado por el periodista Leonardo Sakamoto en su blog, el gobierno de Michel Temer cortó recientemente los incentivos para la investigación de casos de trabajo infantil en el país, paralizando su combate por falta de fondos. La materia informa que el enfrentamiento al trabajo en condiciones análogas a las de un esclavo en Brasil ha sido hecho por grupos móviles de fiscalización, coordenados por auditores fiscales del trabajo y que cuentan con la participación de policiales federales y de la policía de las carreteras federales y de fiscales del Ministerio Público del Trabajo.
Dice todavía que todas las fiscalizaciones fuera de las capitales y ciudades con oficina regional del Ministerio Público del Trabajo están suspensas; la fiscalización de accidentes de trabajo que envuelven muertes y la situación de empleo de personas con deficiencia fue interrumpida y que no hay recursos para combustible, vehículos, desplazamiento aéreo, diarias de hospedaje y alimentación de los funcionario públicos.
Según la organización Repórter Brasil, en donde Sakamoto es presidente, de 1995 a 2015, 49.816 personas fueron liberadas de la esclavitud en el país. Ya los números de trabajo infantil son todavía mayores: 2,7 millones de niños y adolecentes en Brasil, según el IBGE.
Uno de los locales conocidos por su historia de explotación al trabajo infantil es Cotacachi, en la provincia de Imbabura, en Colombia. Allí, la situación de extrema pobreza en que las comunidades rurales viven sirve de incentivo para que los padres envíen sus hijos para el trabajo en otras ciudades del país, o para destinos fuera de Colombia, como Chile y Brasil. A cambio de menores de edad, las familias reciben un pagamento que ni siempre es cumplido. Pero los investigadores también detectaron una nueva modalidad de explotación: ellos capturan jóvenes en plazas y parques sin el conocimiento de sus padres.
De acuerdo con la Fundación Terre des Hommes – TDH, que trabaja en la prevención del problema, Cotacachi hace parte de uno de los cuatro puntos en donde más víctimas del tráfico fueron identificadas en el continente. Ellos generalmente son cargados por parientes muy próximos, como tíos y padrinos, o personas fuera de las comunidades que buscan menores.
En su último pasaje por Cartagena, en Colombia, en el inicio del mes de setiembre, el Papa Francisco dijo que en el país y en el mundo, millones de personas todavía están siendo vendidos como esclavos e hizo un alerta para que la Iglesia y los gobiernos presten atención para esa situación. “Ellos imploran por algunas expresiones de la humanidad, momentos de ternura, o huyen por mar o por tierra porque perdieron todo, principalmente su dignidad y sus derechos.”
FECHAR
Comunique à redação erros de português, de informação ou técnicos encontrados nesta página:
Por lo menos 11 millones de niños sufren de explotación en el trabajo infantil en América Latina - Instituto Humanitas Unisinos - IHU