12 Julho 2017
El proceso de paz entablado entre el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no emociona totalmente a los colombianos.
El reportaje es de Alfredo Jiménez Pereyra, publicado por Los Tiempos, 10-07-2017.
Ni siquiera la entrega de más de 7.000 armas por parte de las FARC ha logrado modificar este espíritu escéptico frente a los acuerdos.
Una encuesta de Datexco realizada el 29 de julio —dos días después del desarme oficial de esa guerrilla— a 543 personas, muestra que el 67,2 por ciento no cree que ese hecho, ni la desmovilización de las FARC, vayan a conducir a “una paz estable y duradera en Colombia”.
John Palomino Piccione, analista político y productor de periodismo del canal NTN24, indicó a Los Tiempos que si bien el país está expectante por el desenvolvimiento del conflicto, pero en sectores medias-altas no hay una emoción generalizada.
El analista señaló que la razón es el constante conflicto político surgido entre el uribismo (seguidores del expresidente Álvaro Uribe) y el Gobierno de Santos.
“Los repetidos ataques del uribismo contra el proceso de paz (la mayoría con falacias en redes sociales) han debilitado la credibilidad de una tercera parte de los colombianos”, indicó.
Los colombianos que están en contra del proceso de paz no han entendido las dimensiones históricas de este gran paso, argumentando que se han otorgado demasiadas libertades y favores a las FARC.
El 67,4 por ciento de los colombianos apoya la solución negociada al conflicto armado en el país, y sólo el 31,6 por ciento dice que preferiría una solución militar.
Sin embargo, sólo cuatro de cada 10 colombianos respalda el acuerdo de paz con las FARC.
Estos datos, leídos como una “contradicción” por diversos sectores de la comunidad internacional, aparecen en la más reciente encuesta del Barómetro de las Américas-Lapop, un estudio anual sobre opinión pública realizado en 28 países de América, ampliamente reconocido por su rigurosidad científica, e implementado en Colombia por el Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes.
No es el único estudio que muestra esta paradójica situación. La más reciente encuesta Gallup Poll —realizada entre el 15 y el 24 de junio a 1.200 personas— revela que el 55 por ciento de los colombianos cree que la implementación de los Acuerdos entre el Gobierno y las FARC va por mal camino, mientras que sólo el 39 por ciento considera que va por buen rumbo.
La misma encuesta da cuenta del profundo escepticismo de la sociedad frente al efectivo cumplimiento de lo pactado en La Habana por parte de los excombatientes: el 64 por ciento de los encuestados cree que las FARC incumplirán lo acordado y sólo el 33 por ciento cree que lo harán, reseñó el diario El Tiempo.
La incredulidad frente al Gobierno es menos alarmante, pero también deja mucho que desear: sólo el 53 por ciento de los colombianos considera que éste cumplirá lo pactado, mientras que el 44 por ciento cree que no lo hará.
Palomino sostiene que el resultado de esas encuestas radica en la desinformación que existe en el país.
“La desinformación es otra de las razones por las cuales no hay felicidad en gran parte de los colombianos. Si bien se han hecho campañas para informar a toda la población, el problema radica en que los que están en contra (sean uribistas o no) ignoran todos esos puntos y no se informan sobre los avances”, manifestó.
“Como Colombia es un pueblo tan conservador y tradicionalista, más bien parece que estar en contra del proceso de paz es una costumbre generalizada que una posición con argumentos. Considero que hay más argumentos para estar a favor que para estar en contra. Pero la mejor de las razones es perdonar y comenzar de nuevo”, continuó.
Entre las familias de los guerrilleros existe gran expectativa para que sus padres, hijos o hermanos vuelvan a sus hogares y que acabe de una vez la guerra.
“Muchas familias fueron masacradas porque no entregaban a sus hijos y hoy, con este proceso, se le garantiza la estabilidad al campo colombiano, por lo menos desde el punto de vista del conflicto”, manifestó Palomino.
Varias sorpresas y curiosidades de las FARC salieron a flote tras el censo coordinado por la Universidad Nacional para determinar no sólo el número de excombatientes que forman parte del proceso de reincorporación a la vida civil, sino las características de los miembros de esa organización, que dejó de ser guerrilla el 27 de junio luego de medio siglo de guerra.
Entre los datos más sorprendentes está el hecho de que el 54 por ciento de los miembros de las FARC tienen al menos un hijo. Uno de ellos, incluso, dijo tener 21, según el diario.
Por otro lado, se destaca como dato curioso que 86 extranjeros formen parte de esa organización, pues, por lo menos públicamente, la única conocida era la holandesa Tanja.
Según el censo, que será el principal insumo del Gobierno para diseñar los planes de reincorporación, 54 de los extranjeros son venezolanos. Pero hay también 16 ecuatorianos, ocho brasileños, tres chilenos y un argentino, un panameño, un dominicano y una francesa.
El Gobierno y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que llevan trabajando en el diálogo para el avance en el proceso de paz en Ecuador, llegaron ya a dos importantes acuerdos.
Estos acuerdos se refieren a la forma como se le contará al país el avance de los diálogos y la eventual implementación de acuerdos y a la participación de los países garantes.
Es decir, se trata más de asuntos de logística para los diálogos, que tienen que ver con la creación de un equipo conjunto que se encargue de hacer “pedagogía y comunicación para la paz” y de establecer las funciones que tendrás los países acompañantes, así como su cooperación para establecer un fondo de financiación para la mesa de los diálogos.
Las delegaciones llegaron a los siguientes acuerdos: Constituir un equipo conjunto de pedagogía y comunicación para la paz (Epecop), cuyo objetivo general es promover la construcción de una cultura de paz mediante la generación de confianza y credibilidad, que le dé mayor solidez al trabajo de la Mesa de diálogos (Gobierno-ELN) y de los acuerdos a que se llegue.
En el marco de este acuerdo, se definió un plan de acción, funciones, criterios, alcances, integrantes y metodología de trabajo del equipo. Adicionalmente, se definió un plan de acción inmediato.
El papa Francisco volverá a su continente en septiembre próximo. El destino de su tercer viaje a América del Sur será Colombia. El objetivo de la visita, que el Papa siempre dijo que iba a realizar en caso de “blindarse” el proceso de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, será impulsar ese camino emprendido y la reconciliación, en un país aún polarizado y marcado a fuego por un conflicto que duró más de medio siglo.
El Vaticano confirmó el viaje a Colombia con un comunicado en el que destacó que, acogiendo la invitación del presidente de los obispos colombianos, Francisco viajará a Colombia del 6 al 10 de septiembre próximo, en una visita apostólica que incluirá cuatro ciudades: Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena de Indias.
Francisco siempre impulsó el proceso de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla, que culminó con la firma de un histórico acuerdo el 26 de septiembre pasado entre Santos y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko.
En un país aún con muchas cicatrices abiertas y dividido luego de un conflicto fratricida de 52 años —dejó un saldo de 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y casi 7 millones de desplazados—, ese acuerdo fue rechazado en un referendo, el 2 de octubre. Pero un nuevo texto del acuerdo fue presentado el 13 de noviembre y luego ratificado por el Parlamento.
El diario argentino La Nación recuerda que, consciente de las dificultades existentes en Colombia y sorprendiendo a todos el 16 de diciembre pasado, Francisco reunió en el Vaticano a Santos y a su máximo opositor, el senador Álvaro Uribe.
El Papa tenía previsto recibir en audiencia a Santos, que había viajado a Europa para recibir el Premio Nobel de la Paz. En una jugada audaz, el exarzobispo de Buenos Aires también invitó al Vaticano a Uribe, antecesor de Santos y el más férreo detractor del pacto. Luego de reunirse por separado con cada uno de ellos, hubo una reunión tripartita, en la que el Papa pidió “un diálogo sincero entre todos los actores de la sociedad colombiana en este momento histórico”.
Días más tarde, en el mensaje navideño al mundo, Francisco elogió el “nuevo y valiente camino de diálogo”.
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Colômbia. Proceso de paz no emociona al 100% de los colombianos - Instituto Humanitas Unisinos - IHU