07 Junho 2017
Quizá la mejor medida del descrédito, el desgaste y la crisis que vive el partido gobernante en México sea la elección de este domingo en el estado más poblado del país, el de mayor peso político y el que se considera un termómetro de lo que ocurre en las presidenciales.
El reportaje es de Juan Paullier, publicado por BBC Mundo, 05-06-2017.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) se impone en los comicios en el estado de México para elegir gobernador pero es una victoria sufrida. Lleva 2,9 puntos porcentuales de ventaja, con el 97% de las actas escrutadas, sobre el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y el instituto electoral asegura que el conteo rápido también coloca al oficialismo por delante con esa misma diferencia como ventaja máxima.
Los resultados definitivos no se conocerán hasta el miércoles.
El domingo no había pasado ni una hora tras el cierre de la votación cuando tanto el PRI como Morena se declaraban ganadores. Lo apretado de la elección dio a pie que su líder, Andrés Manuel López Obrador, cuestionara el proceso. "No vamos a aceptar ningún fraude electoral", señaló el dos veces candidato presidencial y aspirante en las elecciones del próximo año.
Pese a la derrota de su candidata, Delfina Gómez, el líder izquierdista -temido por la elite política, la cúpula empresarial y los mercados- no queda mal posicionado de cara a las presidenciales al conseguir su partido, apenas creado tres años atrás, casi 1,8 millones de votos.
"Morena de cualquier manera es vencedora, nunca había habido una elección tan competida", le dice a BBC Mundo Arturo Sánchez, decano de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey.
"Un partido que se crea muy pronto y en una sola elección logra colocarse a muy poca distancia, habla de su poder organizativo".
Para el PRI es una victoria agridulce. Nunca estuvo tan cerca de perder un estado que gobierna desde su fundación en 1929. Nunca tuvo un apoyo tan bajo allí. En las últimas cinco elecciones promedió el 58% de los votos. El domingo su candidato, Alfredo del Mazo, apenas convenció a un tercio del electorado.
El estado es el hogar, motor y bastión del PRI. El padre y el abuelo de Del Mazo gobernaron aquí. Su primo, el presidente Enrique Peña Nieto, lo hizo entre 2005 y 2001. La familia príista sigue dominando y, quizá, su control esté empezando a mostrar fisuras. La profundidad del daño aún está por verse pero, al menos, evitaron una catástrofe.
"Es una bocanada de aire muy fuerte para pensar en alternativas para el 2018", señala Sánchez. "Es su mejor resultado en lo que va del sexenio, sólo por haber ganado", le dice a BBC Mundo Roy Campos, presidente de la firma de opinión pública Consulta Mitofsky, "es casi un salvavidas que les lanzan en su quinto año de gobierno".
"No pueden negar", añade, "que pierden un chorro de votos, de porcentaje y de fuerza, es su peor resultado histórico, pero su mejor resultado dadas las condiciones de precariedad que tienen a nivel nacional".
Frente a la historia, los lazos y la maquinaria del PRI estaba una exmaestra. La poca experiencia en política de Gómez, la hija de un albañil y de una ama de casa, no fue un problema para atraer a parte de un electorado mucho más cercano a ese perfil que al de Del Mazo, estudiante de finanzas en Harvard.
El desgaste del PRI en el gobierno federal, la baja aprobación de Peña Nieto, los incrementos en los índices de violencia y de la pobreza en Edomex (estado de México) -que afecta al 49,6% de la población- y los escándalos de corrupción hicieron mella en un partido que apenas perdió la Presidencia por primera vez en el 2000, la recuperó 12 años después pero teme volver a cederla en julio de 2018. El camino será largo y complicado. El proceso formalmente comienza en septiembre pero la elección de este domingo no hizo más que iniciarlo.
Cualquier elección en esta entidad se dice que es crucial. La de este domingo era vista de distintas maneras: termómetro, barómetro, laboratorio. Es cierto que se votó el domingo en el estado que, con 13% del electorado, es el de de mayor peso en las elecciones, y que se votó con uno ojo en 2018.
Pero la historia también indica que el Edomex no siempre es un reflejo de lo que va a ocurrir en las presidenciales. "No creo que sea tan en automático", explica Sánchez, "el PRI nunca ha perdido el Edomex pero ha perdido dos veces la Presidencia". En 2000 y en 2006 se impuso en el estado pero no le fue suficiente para gobernar el país.
EL PRI, opina Campos, debe evitar leer incorrectamente el resultado y pensar que se puede ganar el país entero igual que se impuso en Edomex. Tienen meses por delante para elegir a su candidato y aun no está claro quién podría serlo, pero el más visible y preferido en intención de voto es el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong.
López Obrador cayó en las presidenciales de 2006 por 0,62% de los votos, lo que lo llevó a declararse "presidente legítimo", alentar una protesta de meses y bloquear parte de la capital. Ahora, dice Campos, "le conviene ser el buen perdedor, actuar un poco más como estadista, sin darse por derrotado de que 'me ganaron una batalla pero no la guerra'".
Con resultados ajustados en una elección donde el acarreo de votantes y la compra de votos más que un secreto es una práctica que admiten varias voces, tan real como difícil de probar, tan común como imposible de penar, no es difícil prever que las denuncias de irregularidades no se acaben de forma inmediata.
Pocos aventuran que el resultado vaya a cambiar. Y todo indica que lo del domingo fue una antesala de un proceso para las presidenciales donde no faltarán los enredos ni la incertidumbre.
FECHAR
Comunique à redação erros de português, de informação ou técnicos encontrados nesta página:
Resultado cerrado, denuncias de fraude y varios ganadores: así fueron las elecciones en México que sirven de termómetro para las presidenciales de 2018 - Instituto Humanitas Unisinos - IHU