Por: Lara Ely | 15 Agosto 2017
El partido oficial boliviano retiró esta semana la protección al Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Secure- Tipnis, que el presidente Evo Morales había concedido en 20011. Con eso, el camino está abierto para la construcción de una ruta amazónica con más de 300 Kilómetros en el local.
El proyecto original era construir la ruta entre El Chapare, en donde el presidente vivió la mayor parte de su vida, y el departamento de El Beni. Paralizada desde que el local fue protegido por la ley 180 de intangibilidad del territorio indígena, la cuestión envolvió, en el pasado, una serie de protestos (incluyendo la marcha de 600 kilómetros de Trinidad hasta La Paz).
Reabierto después que el presidente anunció que “tarde o temprano la ruta sería construida”, el debate se hizo público en el Legislativo boliviano, culminando con la aprobación de la Ley de Protección Integral y Desarrollo Sustentable Tipnis. El texto aprobado elimina el trecho que hablaba sobre la intangibilidad del territorio.
La preocupación de los indios es que el camino provoque deforestación y abra las puertas para madereros ilegales y productores de hojas de coca, acabando con la biodiversidad y amenazando la cultura y tradiciones locales. Según la página web Nodal Pregunta, los senadores Erwin Million y Baron Rivero, por su vez, respondieron que, con la ruta, son defendidos los derechos de los habitantes de la región y el acceso a servicios básicos. Ellos levantaron el caso de una mujer que tuvo complicaciones en el parto y, por falta de una ruta, perdió su hijo.
“La aprobación tiene un objetivo a cumplir los compromisos a la OEA, con las seis Federaciones del Trópico Cochabamba, con la explotación de hidrocarburitos”, dijo la senadora María Elva Pinckert.
(Imagem: Índios protestam contra criação de estrada. Foto: Marielle Claudia)
Pauta constante en la política de América Latina, la cuestión indígena, sobre todo los pueblos andinos, ha motivado tensiones en otros vecinos latinos. En la frontera entre Chile y Argentina, la lucha de los Mapuches por un territorio de la empresa de moda Benetton ha llevado a los presidentes Michelle Bachelet y Mauricio Macri a buscar una solución diplomática sobre la extradición de un líder indígena.
En Brasil, los impacto de la Usina de Belo Monte sobre los indios del Xingu movilizan autoridades en el asunto todavía hoy (mismo con la usina en operación, el Ministerio Público pidió recientemente la suspensión de la hidroeléctrica). En Ecuador, el desistimiento del ex presidente Rafael Correa de explotar Petróleo en territorio Yasnui también fue objeto de polémica.
En artículo publicado en los Cuadernos ideas del IHU sobre “El gran desafío de los indígenas en los países andinos: sus derechos sobre los recursos naturales”, Xavier Albó, investigador del Centro de Investigación y Promoción de los Campesinos, Bolivia explica que el factor principal movilizador para las luchas y rebeliones, tanto indígenas como campesinas, fue la defensa de sus tierra.
Históricamente, esta tensión entre los temas de preservación ambiental y pueblos indígenas con aspectos de desarrollo expone contradicciones por parte de los políticos, En el caso de Evo, que es un gobernante de origen indígena, la medida frustra expectativas de sus electores, que esperaban medidas alineadas a la protección territorial.
En el texto, Albó explica que los más recientes gobiernos de izquierda en los países andinos cambiaron su postura antes y después de la llegada al poder:
“Un fenómeno bastante común es que muchos líderes y partidos nuevos, antes de llegar al poder, defienden posiciones más próximas a los movimientos indígenas, y se constituyen, inclusive, en sus fuertes aliados; pero después, una vez en el poder, tarde o temprano cambian, en su gran mayoría, debido a su posición pragmática en relación a estas actividades extractivas, que pueden producir rendimientos muy elevados, sea para el país o para otros sectores económicos y sociales más influentes en el gobierno.”
Reportaje de la Agencia de Noticies Fides, publicada recientemente en la página web IHU On-Line, alerta que es urgente tomar conciencia de que el Tipnis no es un problema aislado, un caso único.
“En muchos lugares y de formas similares se está aniquilando la vida de animales, plantas y personas. En cuanto a nosotros, la Amazonia es un bien para la humanidad y, simultáneamente, el espacio de vida de diversos grupos indígenas que la habitan, conocen y protegen. El poder y el dinero no envenenan apenas ríos o tierras, pero también conciencias de representantes que, en lugar de defender el bien común, garanten sus bienes particulares.”
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Aprobación de la construcción de la ruta de Tipnis ilustra contradicciones del gobierno boliviano - Instituto Humanitas Unisinos - IHU