Por: João Flores da Cunha | Traducción: Juan Luis Hermida | 24 Fevereiro 2017
“El gobierno de México y el pueblo de México no tienen por qué aceptar disposiciones que de manera unilateral un gobierno quiere imponer al otro.” Así manifestó el 22-02 el canciller de México, Luis Videgaray, el rechazo de su país a la política inmigratoria del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Esta fue la primera vez que el representante del gobierno mexicano utilizó un tono más fuerte en sus manifestaciones sobre la nueva administración estadounidense. Además de enfatizar que México no irá aceptar medidas unilaterales, Videgaray también afirmó que el país no irá recibir personas de otras nacionalidades que fueren deportadas de los Estados Unidos.
Anuncia Videgaray, titular de la @SRE_mx, que México no recibirá a inmigrantes de otras nacionalidades pic.twitter.com/dTgjGWwGVM
— imagenzea (@imagenZea) 23 de fevereiro de 2017
Nuevas directrices emitidas por el gobierno de EEUU el 21-02 facilitan la deportación de inmigrantes ilegales, a través de un proceso que tramitará de forma rápida. Aquellos que fueren condenados por cualquier delito serán punidos con la deportación, de acuerdo con las nuevas reglas – antes, la pena estaba reservada para quienes tuvieren cometido crímenes graves.
Personas que atraviesan la frontera ilegalmente y fueren detenidos por las fuerzas de seguridad estadounidenses también serán expulsas rápidamente del país. En total, se estima que seis millones de mexicanos serían afectados por las nuevas medidas. Violaciones a las leyes de inmigración, como residir ilegalmente en los Estados Unidos, se encuadran entre los delitos pasibles de deportación.
El canciller mexicano también señaló que su país no dudará en recurrir a la Organización de las Naciones Unidas – ONU para garantizar los derechos de los inmigrantes. Hasta el momento, el gobierno del país viene buscando una estrategia de aproximación y de diálogo con la administración Trump, pero lo que las declaraciones de Videgaray parecen señalar es que, si necesario, México está preparado para mantener una postura firme en las negociaciones que se acercan sobre las relaciones bilaterales entre los países.
El Secretario de Estado estadounidense, el ex CEO de la Exxon Mobil, Rex Tillerson, llegó en la Ciudad de México el 22-02 para una visita oficial. La discusión sobre la política inmigratoria del nuevo gobierno será “el primer punto de la agenda”, señaló Videgaray.
De acuerdo con la retórica del presidente estadounidense, será construido un muro en la frontera entre los dos países, y el pagamento quedará a cargo de los mexicanos. La barrera ya es una realidad en parte de la frontera, y el país latinoamericano niega vehementemente cualquier contribución para la obra. Los cambios en las relaciones entre los dos países deben causar una renegociación del Nafta, el tratado de libre comercio entre Canadá, Estados Unidos y México.
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México reacciona a la política inmigratoria de Trump - Instituto Humanitas Unisinos - IHU