25 Janeiro 2018
"Francisco no vino a resolver el problema mapuche. Vino a susurrarle a Bachelet y a Piñera que es necesario otra política interétnica, alta política. La integración forzada no dio resultado. Más bien generó violencia sobre violencia.", escribe Verónica Azpiroz Cleñan, licenciada en Ciencia Política y Relaciones Internacionales, en articulo publicado por Página/12, 24-01-2018.
El anuncio de la visita del Papa a Chile no causó en Argentina mucha expectativa en el mundo mapuche. Sin embargo, desde los dos grandes fütal mapu (territorios del este u oeste de la cordillera) algunos sectores procuraron diálogos para acordar una agenda común y acceder a una mesa de negociación diplomática como una única nación.
Esa fluidez de antaño entre los dos territorios para llegar a acuerdos o para hacer xafkintun (intercambios, trueque, etc.) de cueros, animales y otras yerbas tiene memoria larga y corta. Nunca fue un mar de rosas llegar a acuerdos internos. Pero existe un principio filosófico que ordenó y sigue ordenando la forma protocolar de arribar a acuerdos entre mapuche. Es el kiñe rakidzwuam (unidad de concepción o del pensar) que se llega luego de parlamentar varios días, varias horas en los cuales se convive para superar las diferencias u obviarlas temporalmente. Kechiw inal wanku mew, asentaderas sobre el suelo hasta que se logre acuerdo dicen las abuelas del lof (EpuLafken) al que pertenezco.
En cierta forma Francisco con su castellano trató de poner en valor este principio: “no es un arte de escritorio la unidad ni tan solo de documentos, es un arte de la escucha y del reconocimiento”. Y continuó:”la unidad no es un simulacro ni integración forzada ni de marginación armonizadora”.
Para el pueblo mapuche la unidad se logra conviviendo en los xawün, füta xawün o Parlamentos con toda la diversidad adentro. Esta es una forma de construir consensos bajo el principio de la convivencialidad con lo diverso. Traemos una novedad a Occidente que es muy antigua. Decidimos por consenso, no por mayoría.
Algunos detractores de la visita del papa Francisco a Temuco juzgaron que quienes quisieron dialogar con él, en términos de actor político internacional, lo hicieron en calidad de mapuche convertido católico o que le reconocen su liderazgo espiritual. Si un/a mapuche aceptó o procuró participar de un acto de negociación diplomática con él, perdió su impoluta resistencia combativa.
Lo variopinto de la mapuchicidad es una delicia. Hubo quienes criticaron a los y las mapuche que asistieron al evento por : a) su forma de atar el küpam, b) los regalos que le llevaron, c) por la forma en que tocaron el kulxug en el wixa xipan, d) por no ser representativos de la totalidad del pueblo, e) por no recibir a los familiares de los asesinados por el Estado Chileno, f) porque el canto salió sin fuerza y se arrodillaron,g) porque no fueron a caballo, h) porque agradecían a güenechen y no hay un único dios, etc… Otros criticaron la institucionalidad eclesiástica por lo que realizó en el pasado con todos los pueblos originarios en el continente. Los más moderados criticaron al Papa porque no recibió a la machi Francisca Linconao.
Si había una oportunidad para dialogar con Occidente sobre modelo de producción y de vida, esta era la posibilidad de construir diálogo con eco. Teníamos la oportunidad de conversar con un jesuita la profundidad de la filosofía mapuche oponiendo los binomios: domirás la tierra/eres parte de ella,acumulación/toma lo necesario para vivir, exclusión/amparo,propiedad privada/propiedad comunitaria, complementariedad/competitividad, tiempo lineal/tiempo cíclico, monoteísmo/politeismo un sentipensar propio que se expresa en el Küme Felen (buen vivir) o Küme Mogen.
Una figura con impacto mediático internacional es la machi Francisca Linconao. Se tornó su figura pública porque fue acusada de asesinar el matrimonio Lucksinger -Mackay (estereotipo del latifundista chileno con dudoso título de propiedad privada) y fue juzgada primero por los medios de comunicación y hallada culpable y luego absuelta por la justicia republicana. No se encontró ninguna evidencia de la participación en el hecho. La persecución a ella no fue solo a ella sino a lo que representa: la máxima autoridad espiritual del pueblo. Bachelet no pudo durante sus dos gestiones, detener la sed racista chilena.
Francisca quiso entrar a conversar con el Papa. Si bien en sus declaraciones se ubicó de par a par con Francisco, como líder espiritual, no lo pudo demostrar en acto. Fue sola. No llevó junto a ella a sus pares reales, otros/as machi y su gente. Acudió sin sus verdaderos pares, sin su pueblo a un gran encuentro y una gran puesta en escena. A pesar de las grandes diferencias internas dentro de la Iglesia, ellos sí saben cerrar filas hacia adentro: estaba el obispo Juan Barros acusado de pedofilia en la misa y estaba Mariano Pega, cura obrero.
¿Por qué era importante que quienes llevan adelante la práctica de la espiritualidad mapuche pudieran dialogar con Occidente y su religiosidad? Porque hubiera marcado que aún sigue siendo lo espiritual lo que ordena lo mapuche, lo que garantiza la fuerza para la organización política territorial.
Francisco no vino a resolver el problema mapuche. Vino a susurrarle a Bachelet y a Piñera que es necesario otra política interétnica, alta política. La integración forzada no dio resultado. Más bien generó violencia sobre violencia. Repensar y refundar el Estado al igual que lo hizo Bolivia y Ecuador es una solución política para reconocer la condición de pluriculturalidad que tienen los estados. Pero no basta con el reconocimiento cultural, sino se traduce en el reconocimiento de los derechos políticos para construir una ciudadanía que no sea de segunda o de cuarta por eso planteamos un Estado Plurinacional.
La nación mapuche como proyecto político necesita aliados que ayuden a transitar la noche neoliberal a ambos lados de la cordillera. Ya supimos que la derecha se llevó en Argentina en menos de tres meses la vida de Rafael Nahuel y de Santiago Maldonado (no mapuche en una represión a una comunidad mapuche). En Chile también se llevó a Matías Catrileo, Alex Lemun, Jaime Mendoza Collío, Rodrigo Melinao, Patricio Gonzalez y Luis Marileo.
Una cuestión es el Estado Argentino y el Estado Chileno y otra muy distinta es la ciudadanía que se expresa en la argentinidad y la chilenidad. El miércoles pasado en Makewe el cura obrero Mariano Puga estaba en medio de los carteles de los laicos de Osorno que llegaron con sus pancartas que rezaban: “Ni zurdos ni tontos” para manifestar su descontento con el aval a un obispo pedófilo. Juan José Chaparro, obispo de Bariloche, estuvo presente el día que asesinaron a Rafael Nahuel en Bariloche, en la base del cerro para pedir a las fuerzas de seguridad que permitieran subir a los médicos para atender a los heridos mapuche.
¡Cómo me hubiera gustado Francisca, que Francisco escuchara nuestro canto!
FECHAR
Comunique à redação erros de português, de informação ou técnicos encontrados nesta página:
El canto que Francisco no escuchó - Instituto Humanitas Unisinos - IHU