Saltó la sorpresa. A última hora de la tarde, la Santa Sede confirmó que el Papa Francisco ha recibido al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. En una breve nota, la oficina de prensa vaticana habla de "la preocupante situación de crisis política, social y económica que atraviesa ese país".

Durante la misma, que tuvo carácter "privado" y que no había sido anunciada, Bergoglio pidió a Maduro trabajar por "el diálogo sincero y constructivo" con la oposición para "aliviar el sufrimiento" de la gente y promover "la cohesión social", explica la Santa Sede.

Según el Vaticano, con este encuentro el Papa Francisco ha intentado "seguir ofreciendo su contribución personal a favor de la institucionalidad del país, y de cualquier paso que contribuya a resolver las cuestiones abiertas y a crear mayor confianza entre las partes".

Señala también que le ha invitado a "emprender con valentía la vía del dialogo sincero y constructivo para aliviar el sufrimiento de la gente, en primer lugar de los pobres, y a promover un clima de renovada cohesión social".

El encuentro -que tuvo lugar en una salita adyacente al Aula Pablo VI - se produce al tiempo que el enviado del Papa Francisco a Venezuela, Emil Paul Tscherring, anunciaba el comienzo de conversaciones entre el Gobierno de Maduro y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) el próximo 30 de octubre en Isla de Margarita.

Tscherring se habría reunido a lo largo del día con delegados de la oposición y del Ejecutivo venezolano (Maduro se encontraba de viaje en Arabia Saudí, antes de recalar, por sorpresa, en Roma), junto al Nuncio Aldo Giordano, según informó el presidente del Parlamento, Henry Ramos Allup.

Esta audiencia privada se produce después de que en junio de 2015 el presidente venezolano suspendiera su visita al Vaticano, después de que "por recomendación médica" se le prohibiera viajar en avión. Entonces, Maduro explicó durante una videoconferencia transmitida por la televisión estatal VTV que los médicos le habían obligado a quedarse "en descanso" y que por ello cancelaba su viaje a Roma.

El mandatario interrumpía entonces su visita el mismo día que la oposición venezolana comenzaba una vigilia en varias ciudades del país para pedir al papa Francisco que en el encuentro con Maduro del día siguiente intercediera en la crisis venezolana.

Venezuela preocupa desde hace tiempo al Vaticano y también al papa Francisco, que en diversas ocasiones se ha referido al país y ha instado al diálogo para resolver la situación que atraviesa.

El pasado mayo, la Santa Sede confirmó que Jorge Bergoglio había escrito una carta a Maduro, cuyo contenido no trascendió aunque el Vaticano explicó que las palabras del pontífice se referían a la "situación del país".

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