20 Outubro 2017
"No todo es achacable al gobierno. Será duro reconocer y admitir los propios errores y mucho más hacerlo frente al país. No hacerlo es peor, porque esa conducta será castigada en eventos futuros. Así no habrá lecciones aprendidas ni posibilidades de recuperación para las próximas batallas. El país espera y demanda una oposición capaz de sobreponerse, madurar, llegar acuerdos y seguir adelante corrigiendo el rumbo".
Las reflexion sobre los resultados de las elecciones regionales en Venezuela es de Alfredo Infante, S.J., y Carlos Torrealba, publicada por Centro Gumilla y reproducida por CPAL Social, 19-10-2017.
Ante los resultados de las elecciones regionales de este 15 de octubre, Antonio Ecarri, vicepresidente de Acción Democrática (AD), afirmó que a pesar que continúan revisando actas “hasta el momento, con los datos que tenemos, sería irresponsable cantar fraude”.
En estas elecciones, comenta Ecarri, se redujo la participación opositora, al contrastar la afluencia de votantes con las parlamentarias de 2015. “Hubo alrededor de 3 millones menos de opositores que votaron, mientras el gobierno mantuvo sus números”.
A la pregunta sobre el posible efecto de la emigración de venezolanos al exterior en la participación opositora, el dirigente respondió: “Se pueden considerar muchas variables que incidieron en los resultados, pero lo cierto es que se redujo el número de opositores que participaron. La abstención favoreció al gobierno”.
Para Ecarri “la campaña abstencionista hizo mucho daño a las fuerzas democráticas”, situación que ya se había previsto antes de las elecciones, y por ello la insistencia de la MUD en la importancia de votar.
Aunque continúan revisando las actas, sus datos coinciden: “Hasta los momentos esos son los números”. Para el dirigente, la prueba de ello está en que la MUD obtuvo la victoria justo en los Estados donde hubo mayor participación: “La oposición ganó donde se contó con un elevado porcentaje de participación y eso hizo la diferencia”.
El líder de la tolda blanca, considera que el fraude estuvo más en las arbitrariedades previas al proceso electoral, como el tema de las sustituciones que nunca se realizaron, el cambio de centros electorales a última hora, entre otras situaciones irregulares. Sin embargo, aseguró que: “Los resultados del evento, hasta el momento, coinciden con nuestras actas, aunque seguimos verificando y contrastando”.
Estoy leyendo las opiniones que circulan por varios chats y tomando el tiempo para reflexionar y formarme una opinión con base a la realidad y no a mis deseos o creencias.
Anoche escribí que el “fraude hay que demostrarlo y no suponerlo”. Y luego agregué que de ser cierto los resultados, “…entonces nuestros esquemas analíticos están equivocados. Igual todas las encuestas”.
Lo primero que se debe descartar es si hubo o no fraude en el proceso de votación, conteo de votos y transmisión de los datos al centro de totalización. Esa tarea no parece nada complicada si se dispone todas las actas, para hacer la constatación con los resultados anunciados. Aquí adelanto una presunción: no creo que haya habido fraude en el proceso de votación, conteo de votos y transmisión de datos. Y lo presumo por una razón sencilla: hacer fraude en el proceso de votación con testigos en todas las mesas, miles de ojos vigilando y evidencia documental (actas) es una apuesta alta, arriesgada, muy costosa y poco viable. Así que, en principio, no me parece que hubo fraude en el proceso de votación, por lo que los resultados anunciados parecen que si reflejan los votos emitidos por los ciudadanos. De ser cierto lo que digo, lo que procede es reconocer los resultados y aceptar que el chavismo obtuvo las 17 gobernaciones que dice que gano el día de ayer. Aquí la oposición debe hablar con claridad, sin ambigüedad, sin irse por las ramas y reconocer el triunfo del chavismo en las regionales.
Descartado el fraude en el acto de votación propiamente dicho, habrá que buscar la explicación en el proceso previo, es decir, en todo lo ocurrido antes. Aquí habrá que revisar por igual lo que hizo el gobierno, pero también lo que hizo la oposición. Del lado del gobierno se hizo muchas cosas que sumadas y conjugadas con un norte preconcebido produjo el resultado que andaban buscando y que al final construyeron: ganar las regionales.
En este sentido, y nos guste o no, el gobierno han sido un mejor estratega. Tuvo la capacidad de planificación y ejecución suficiente para situarse en mejores condiciones frente al proceso electoral, sacar partido de todas las artimañas que utilizo (el adelanto de la fecha de las regionales, no anunciar con antelación el calendario electoral, la no sustitución de candidatos, la reubicación de centros, el uso abusivo de los recursos del Estado, etc., etc.) y no dejar que la oposición capitalizara con votos el rechazo del país en contra el gobierno. Esta visión es importante, porque la competitividad entre gobierno y oposición es un juego y cómo tal es tan importante -o más- que no te saque ventaja el contrario como sacarla tú mismo. Es claro que el gobierno no juega ni jugará limpio. El bienestar de los ciudadanos le importa muy poco. Su ética es la ética de aferrarse al poder a cualquier precio. Para ello tiene al Estado, sus recursos y a un árbitro que acomoda las reglas para incrementar sus ventajas y disminuir la del contrario, sin el menor escrúpulo.
Del lado de la oposición, sólo diré por ahora que pesa mucho no tener un centro de dirección con capacidad estratégica y de planificación. Hemos sido capaces de ejecutar un plan sin mucha preparación, casi siempre en forma reactiva y cuando ya es tarde.
Hay muchas otras cosas como la falta de unidad, la ausencia de debate, los desacuerdos estratégicos y tácticos, etc. Todo ello habrá que revisarlo, porque en este proceso electoral la oposición también construyó su propia derrota. Entendamos de una vez: no todo es achacable al gobierno. Será duro reconocer y admitir los propios errores y mucho más hacerlo frente al país. No hacerlo es peor, porque esa conducta será castigada en eventos futuros. Así no habrá lecciones aprendidas ni posibilidades de recuperación para las próximas batallas. El país espera y demanda una oposición capaz de sobreponerse, madurar, llegar acuerdos y seguir adelante corrigiendo el rumbo.
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Venezuela. Elecciones, un día después - Instituto Humanitas Unisinos - IHU