06 Outubro 2016
'La imagen internacional de Colombia se ha visto abruptamente debilitada por estos acontecimientos. Esto, en el sensible plano económico, significa incertidumbre tanto para gobiernos e instituciones internacionales que apoyan políticas de desarrollo social como para inversionistas privados", escribe Álvaro Cuadra, doctor de la Université Paris-Sorbonne.
Vea el artículo abajo.
El estrecho triunfo del No en el plebiscito celebrado en Colombia hace pocos días es un hecho histórico y político que, de manera inevitable, traerá consecuencias para este país sudamericano. En efecto, la decisión de desahuciar el Acuerdo de Paz firmado en Cartagena de Indias posee implicancias políticas y económicas inmediatas, tanto en el plano nacional como internacional.
Por de pronto, la primera víctima del rechazo al Acuerdo es lo que los expertos llaman Imagen País. Quiérase o no, la sociedad colombiana está protagonizando un lamentable espectáculo frente al mundo. Nadie puede explicar convincentemente cómo ha sido posible que un país sumido en el descrédito desde hace décadas por la violencia y el narcotráfico, manejado por turbios personajes desde hace muchos años haya rechazado la posibilidad histórica de pacificar el país y haya optado por seguir en el lodazal.
Las consecuencias de este rechazo no son pura retórica. Se podría decir que hoy el pasaporte colombiano se ha devaluado, lo mismo que sus instituciones. En el plano diplomático, la Colombia actual aparece como un país poco serio, por decirlo con delicadeza. Comprometer a la comunidad internacional en un Acuerdo finalmente fallido no solo es indecoroso sino políticamente incorrecto. Habría que recordarle a los líderes de gobierno y oposición que en un mundo global, lo que opine el Departamento de Estado, la Unión Europea o las Naciones Unidas no es una cuestión menor.
La imagen internacional de Colombia se ha visto abruptamente debilitada por estos acontecimientos. Esto, en el sensible plano económico, significa incertidumbre tanto para gobiernos e instituciones internacionales que apoyan políticas de desarrollo social como para inversionistas privados. Un país incapaz de encontrar cauces políticos justos para la pacificación no es, precisamente, un país confiable.
A diferencia de épocas anteriores, en la era global, todo el mundo observa con preocupación - y en tiempo real - lo que acontece en Colombia. Como nunca antes, los actores internacionales siguen muy atentos a lo que está pasando en este rincón de Sudamérica. Es de esperar que los distintos actores de la política doméstica colombiana busquen una solución rápida al actual estado de incertidumbre. De otro modo, el costo para Colombia podría ser mayúsculo y de consecuencias imprevisibles.
FECHAR
Comunique à redação erros de português, de informação ou técnicos encontrados nesta página:
Colombia: Consecuencias de un Plebiscito - Instituto Humanitas Unisinos - IHU