05 Julho 2017
Con el desarme de las FARC, Colombia aumenta su esperanza de paz, pero aún no se sabe quién ocupará su lugar en la actividad criminal e influencia ideológica que tenía el grupo en Latinoamérica.
El reportaje es de David Tarazona, publicado por CPAL Social, 03-07-2017.
Con justa razón los colombianos celebran que las FARC – EP depusiera sus armas. Con este paso clave, el grupo guerrillero más antiguo del continente y que tenía al país andino sumido en una guerra de medio siglo avanza con miras a convertirse en movimiento político.
Sin embargo, la promesa de paz local podría resultar engañosa pues rápidamente nuevos grupos irregulares se disputan las actividades ilegales que dejaban altas rentas a la guerrilla. Si esto sucede en Colombia ¿porqué habría de ser diferente en los diversos espacios que las FARC había conquistado en América Latina?
Son al menos tres los espacios donde las FARC jugó un papel clave en los últimos años en la región. El primero, en el tráfico de drogas y sus actividades conexas. El segundo, en servir como faro de los grupos radicales de izquierda que aceptan la lucha armada a los que llegó a dar formación militar en algunos casos. El tercero, en su rol como efectivos lavadores de grandes volúmenes de dinero en operaciones transnacionales.
En el más apetecido de los espacios que deja, el del narcotráfico, cabe recordar que hace menos de un año a las FARC se les consideraba el mayor cartel de drogas del mundo como lo reveló un informe local de la Policía, que sirvió de insumo cuando este punto se discutía en las negociaciones para la desmovilización de la guerrilla.
Pese a que se adelantaron investigaciones que ayudaron a moderar el absolutismo del “mayor cartel del mundo”, no hay duda de que las FARC mantuvo un papel importante con las principales rutas del narcotráfico desde Colombia, el mayor productor de coca del mundo.
Por ejemplo, en el caso de México, autoridades colombianas encontraron fotografías de miembros del Cartel mexicano de Sinaloa con cabecillas de la guerrilla celebrando el envío de un cargamento. El material fue recuperado tras el bombardeo al campamento de un jefe guerrillero.
En Venezuela también se le asoció con el llamado Cartel de los Soles. En 2008 la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), encargada de la Lista Clinton, designó como colaboradores de las FARC en narcotráfico a los exdirectores de la Agencia de Inteligencia Venezolana Hugo Carvajal y Henry Rangel. Por eso no resulta descabellado pensar que un negocio tan lucrativo ha de tener múltiples pretendientes.
De hecho recientemente ya investigaciones periodísticas mostrarían como otrora guerrilleros, habrían empezado a competir en este negocio en plazas estratégicas como lo es Brasil.
De otro lado, las FARC mantuvo un rol inspirador para los grupos de izquierda más radicales de la región, que creen y apoyan la lucha armada, y que veían en ellas una suerte de posible ejemplo a seguir. Es el caso de la Coordinadora Continental Bolivariana, un movimiento en donde la guerrilla tuvo un papel protagónico desde su fundación en 2005, y del que hacían parte organizaciones de Ecuador, Chile, Colombia y Venezuela. Si bien desde que comenzó el proceso de paz, la CCB perdió brillo e incluso presencia -su sitio web luce desactualizado-, ¿qué pasa con los múltiples contactos y redes tejidas en todos estos años?
Algunos de estos grupos, como el Ejercito del Pueblo Paraguayo (EPP), recibió entrenamiento de las FARC sobre cómo hacer secuestros, un flagelo que hoy azota este país, y en ataques recientes de ese grupo, los locales, como el Presidente de la República Horacio Cartes, sacó a relucir la “evidencia histórica” de la relación de ambos grupos.
Finalmente, una duda que aún sigue sin resolverse asociada a sus negocios ilícitos, es los canales que utilizó la guerrilla por años para ocultar las fortunas que manejaron. Las autoridades colombianas han anunciado que pronto revelarán el paradero de ese patrimonio. Sin embargo, en el pasado estos hallazgos se han quedado en mostrar reses y fincas, que en gran parte están ubicadas en tierras que originalmente eran del Estado. Pensar que la fortuna amasada en 53 años de guerra está escondida en vacas no deja de ser algo ingenuo. Más cuando son conocidas la millonarias caletas que ocultaba este grupo en la selva, y las evidencias de que esto tenía ribetes transnacionales como algunos hallazgos en su momento en el exterior como las incautaciones en Costa Rica en 2008 de medio millón de dólares a uno de los líderes guerrilleros ahora desmovilizado.
Hoy las dudas siguen vigentes por casos como el del influyente dirigente político Salvadoreño José Luis Merino, una de las personas clave del FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) guerrilla desmovilizada que hoy está en el poder en el país centroamericano. Merino recientemente fue señalado por catorce congresistas estadounidenses liderados por Marco Rubio de ser uno de los principales lavadores de dinero de las FARC, además de traficar armas para el mismo grupo.
El gran paso de la dejación de 7.132 armas por parte de la guerrilla no estuvo exenta de polémica entre quienes con desconfianza señalaron que las cuentas no cuadraban con los importantes cargamentos que habría recibido la guerrilla durante sus actividades, a lo que el Presidente Juan Manuel Santos trató de salirle al paso con anuncios de que en realidad eran más de 50.000, las armas que tenían contabilizadas de la guerrilla entre incautadas y entregadas.
Así las cosas, no es de extrañar que la ausencia de las FARC en la región genere movimientos en el crimen organizado y disputas territoriales, en similitud a lo que pasa en Colombia. Multimillonarios negocios que sólo esperan quién será el nuevo sucesor.
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A rey muerto, ¿rey puesto? - Instituto Humanitas Unisinos - IHU