Por: Lara Ely | Tradução: Mariana Szájbély | 07 Novembro 2017
Además de ser el país más violento de América Latina, México es el lugar donde más sacerdotes se matan. En los últimos 4 años, 18 de ellos fueron asesinados en el país – la lista se quintuplicó en la última década. El aumento de asesinatos coincide con un pico de violencia que alcanza a todos y hasta el momento dejó más de 21 mil muertos solo en lo que va del 2017 – uno de los años más violentos entre los últimos.
En los últimos cuatro años, fueron denunciadas por lo menos 520 amenazas a sacerdotes, 17 asesinatos y 25 atentados contra seminaristas, según el Centro Católico Multimedios (CCM). El informe también señala que dos sacerdotes están desaparecidos y dos fueron víctimas de secuestros frustrados. De acuerdo con Centro, por noveno año consecutivo, México está considerado el país más peligroso para ejercer el sacerdocio.
El texto del órgano ligado a la Iglesia dice que “los agentes pastorales en México son cada vez más vulnerables a la creciente onda de agresiones, asesinatos y secuestros, dado que las autoridades les dan poca o ninguna protección contra atentados, sobretodo en zonas de alto riesgo donde prolifera la inseguridad y operan grupos del crimen organizado”.
Material publicado este semana por el diario El País, actualiza los datos y relata que en el último año los religiosos mexicanos recibieron 800 amenazas de muerte – 50% más en relación al 2016. Pero, entre los especialistas que hace años analizan la violencia religiosa, llama la atención la crueldad y brutalidad de los crímenes.
Según Omar Sotelo, fundador del Centro, que tiene el aval de la Iglesia y se dedica a estudiar el asunto, “los sacerdotes se suman a las estadísticas porque son personas que incomodan al crimen organizado, ya que denuncian a los políticos, ayudan a los inmigrantes, socorren los heridos y conocen bien a las personas de sus pueblos”. Además agrega que “la figura del sacerdote se desacralizó como guía y pastor de la comunidad. Con el asesinato de un sacerdote, se manda un mensaje claro de que si mato un sacerdote puedo matar a cualquier persona”, resume el religioso.
El padre Alejandro Solalinde es probablemente el sacerdote más amenazado de México. “Nosotros, padres, antes éramos intocables, pero la violencia se tornó más democrática y se rompieron todos los límites”. Uno de los sacerdotes que corre riesgo de vida, el mexicano que ganó el Premio Nacional de Derechos Humanos de 2012, afirma que ha denunciado repetidamente las amenazas recibidas en los medios de comunicación, y ahora en el libro I narcos mi vogliono morto (Los narcos me quieren muerto), también publicado en España, con el título “Una vida en riesgo”, quiere mostrar al mundo lo que sucede con los migrantes, la connivencia del crimen organizado con el “crimen autorizado”.
En la entrevista, explica que los sacerdotes son incómodos para el gobierno y los carteles porque entran en el medio, negocios y dinero. “Los migrantes son mercadería para ellos. Si usted defiende los derechos humanos, presenta denuncias y protege a las víctimas, molesta los negocios. Yo tengo la suerte de todavía estar vivo, pero existen 106 activistas de derechos humanos victimas de asesinato, así como muchos periodistas, que en México fueron asesinados. Estamos en peligro, pero quien tiene conciencia va a luchar mientras esté vivo”, declaró.
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Sepa porque México es el país más violento para los sacerdotes - Instituto Humanitas Unisinos - IHU