04 Agosto 2020
Enrique Angelelli. Argentina, †1976.
Obispo de La Rioja, mártir, asesinado con un accidente provocado. Comprometido con la causa de los pobres, Enrique fue tenazmente perseguido por la oligarquía de la provincia (como la familia Menem, que le impidió la entrada a un pueblo para unas celebraciones) y más todavía durante la dictadura. La muerte de los padres Murias y Longueville y luego del laico Wenceslao Pedernera fue fundamentalmente un «cerco que se iba cerrando». Al parecer, los cadáveres de los sacerdotes, fue a Chamical (La Rioja), y juntó material en una carpeta con declaraciones de los testigos, que comprometía a la Fuerza Aérea con el crimen. Volviendo por otro camino, junto con el sacerdote Arturo Pinto hacia la capital provincial fue seguido por un auto. Se fraguó un accidente. La famosa carpeta fue tiempo después vista sobre el escritorio del Ministro del Interior, el General Arguindegui, quien como entró en negociaciones con Anfonsín y habían sido compañeros del liceo militar, jamás fue juzgado. La Jerarquía eclesiástica, en gran parte, tristemente, sigue afirmando que fue un accidente. El obispo Angelelli se transformó en baluarte de la protección de los débiles y fue la una de las pocas voces que se levantó contra la represión política en Argentina. Las amenazas de muerte contra él se fueron volviendo cada vez más frecuentes, hasta llegar a ser masivas últimamente. Tuvo que prepararse junto a sus sacerdotes como una de las posibles futuras víctimas. Él anunció frecuentemente que para poder anunciar verdaderamente el evangelio hay que tener un oído abierto para Dios y otro para el pueblo.
El 4 de agosto de 1976 Monseñor Enrique Angelelli, obispo de La Rioja, yacía en el frío asfalto de Punta de los Llanos luego de que su auto fuera interceptado en la ruta que unía Chamical con la capital de la provincia hacia donde viajaba para presentar ante las autoridades militares una carpeta con pruebas sobre el asesinato de dos sacerdotes de su diócesis. La versión oficial, que el mismo Episcopado avaló, hablaba de accidente, pero entre los riojanos, y gracias al aporte de testigos claves, una certeza se hizo carne: Monseñor Angelelli había sido sacado ileso de su auto y brutalmente asesinado de varios golpes en la nuca.
Su muerte fue la dura cuenta que tuvo que pagar por una vida dedicada a los más humildes, a quienes consagró su vocación sacerdotal "con un oído puesto en el pueblo, y otro en el Evangelio". Su prédica le trajo el rencor de los poderosos de siempre, uniformados y civiles, a quienes afectó en sus sagrados intereses, y de quienes recibió una feroz campaña que no vaciló en acusarlo de 'obispo rojo', enviar firmas para pedir su remoción al Vaticano, expulsar sacerdotes de Anillaco, donde Amado Menem, hermanastro del actual presidente, tuvo especial participación, asesinar religiosos y laicos y finalmente eliminar al odiado "Pelado".
Monseñor Angelelli fue, junto a Hesayne, De Nevares, Devoto, Ponce de León y Novak, uno de los pocos obispos que supo comprometerse con la cruz y el Evangelio dentro de una jerarquía episcopal cuya actitud de connivencia y complicidad con la dictadura militar avergüenza la conciencia de los cristianos de estas tierras. Desde la justificación teológica de la tortura y la eliminación clandestina de prisioneros indefensos hasta la aceptación lisa y llana de la espada como instrumento quirúrgico para impulsar la doctrina de la seguridad nacional, la conducta de la jerarquía católica argentina no tiene parangón en el mundo entero.
Dom Enrique Angelelli, um autêntico pastor, segundo o Evangelho dos Pobres, em La Rioja Argentina, “Terra Adentro”.
Solidário com seu povo, foi perseguido, intimado e viu martirizados seus colaboradores mais íntimos.
Sentiu a solidão episcopal. Mas continuou fiel. “É preciso seguir andando”, repetia.
“Sinto-me feliz por viver nesta época em que vivo. Parece-me importante viver nesta época de mudanças profundas, aceleradas e universais, porque nos foi dada a possibilidade de construir algo novo. Hoje é preciso ter um ouvido para o Evangelho e outro para o Povo”.
“Não precisa ter medo de se meter no barro”.
Odiado pelos latifundiários e pela ditadura militar, caiu no meio do caminho, com os braços abertos em cruz, num acidente fingido. A opinião pública nacional e internacional e até a declaração de alguns carrascos desvendaram a verdade. Agora, se completando os quarenta anos de seu martírio, o testemunho deste bispo, profeta e amigo do povo, cresce como uma das mais autênticas glórias da Igreja Latino-americana. O papa Paulo VI tinha por ele particular estima e o apoiou nas horas difíceis.
O processo penal iniciado pelo tribunal de La Roja tinha estabelecido que a morte de Angelelli não foi causada por um acidente de carro – versão defendida desde o início também por alguns setores da Igreja –, mas foi um "homicídio premeditado executado no marco do terrorismo de Estado", no tempo da ditadura militar argentina.
Em 2015, foi aberta a fase diocesana da causa de beatificação de Dom Angelelli.
Texto elaborado por Tonny, da Irmandade dos Mártires da Caminhada.
Beatificación de los Mártires Riojanos emitido el 27 de abril de 2019:
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4 de agosto de 1976 - Instituto Humanitas Unisinos - IHU