18 Outubro 2016
VATICANO: El Seminario Conjunto del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz y la Academia Pontificia de las Ciencias sobre Laudato si’ y el Camino hacia la COP22 en Marrakech lanzó su Declaración Final que comparte Ecojesuit continuación, instando a todos los firmantes del Acuerdo de París a “mover hacia adelante junto con la determinación, la urgencia, los valores compartidos y un plan global común” y haciendo hincapié en 10 oportunidades y prioridades.
El seminario conjunto en el Vaticano reunió a miembros de otras instituciones pontificias, distinguidos académicos y líderes de diversos sectores que presentaron sus puntos de vista sobre Laudato si’, el consenso científico que refleja, la orientación ética que ofrece, así como los cambios económicos y sociales que requiere y pide. Se prestó atención a los retos que el próximo COP22 debe abordar, y que acogerá Marruecos del 7 al 18 de noviembre de 2016, ya que COP22 es la primera reunión de las Partes desde el Acuerdo del Clima de París.
La información es publicada por EcoJesuit, 17-10-2016.
Declaración Final: Laudato si’ y el Camino a la COP 22
El Acuerdo alcanzado en la cumbre del Clima de París (COP21) es histórico. Por primera vez desde la firma del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 1992, todos los países se han puesto de acuerdo para actuar con el fin de proteger el planeta. Los objetivos principales incluyen: (1) mantener el calentamiento a “muy por debajo de 2 grados centígrados” y “proseguir con los esfuerzos para mantener por debajo de 1,5 grados C”; (2) permitir a los países a adaptarse a los efectos adversos ya en curso; y (3) garantizar el flujo de financiación justa y equitativa para alcanzar los objetivos climáticos.
COP22 en Marrakech, Marruecos, que se celebrará del 7 al 18 de noviembre de 2016, será la primera reunión de las Partes desde el Acuerdo de París. Instamos a todos los firmantes del Acuerdo de París a avanzar juntos con determinación y urgencia, los valores compartidos y un plan global común. Destacamos las siguientes oportunidades y prioridades.
En primer lugar, el Acuerdo sobre el Clima de París debe ser entendido como un pilar del compromiso global del mundo para el desarrollo humano integral y sostenible, incluyendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS universalmente acordadas). En palabras de Laudato si’, los ODS y el acuerdo sobre el clima de Paris reflejan la necesidad de “un mundo con un plan común.”
En segundo lugar, el Acuerdo sobre el Clima de París debe ser puesto en vigor en 2016, con los países que representen al menos el 55 por ciento de las emisiones globales, depositando sus instrumentos de ratificación de este año;
En tercer lugar, todos los países firmantes deben insistir en la universalidad del acuerdo. El Acuerdo de París es un plan común para nuestra casa común. Ningún país debe ausentarse de la ratificación y la aplicación del Acuerdo de París sobre el cambio climático;
En cuarto lugar, todos los países deben participar en la COP22 con el firme propósito de adoptar Aportes Determinación Nacional (NDC) para 2030 y las Estrategias de desarrollo bajo en emisiones (LEDS) para 2050 que son lo suficientemente audaces para alcanzar los límites sobre el calentamiento global en el Acuerdo de París;
En quinto lugar, los expertos técnicos de todos los países firmantes deben participar en COP22, una Conferencia sobre Soluciones con Bajas Emisiones, organizada por el Gobierno de Marruecos con el fin de difundir las mejores prácticas e ideas sobre la mejor manera de lograr los objetivos del Acuerdo sobre el Clima París.
En sexto lugar, todos los países firmantes deben abordar profesionalmente las funciones esenciales de sus sistemas nacionales de energía, los sistemas agrícolas nacionales y las políticas de uso de la tierra, con el fin de poner en práctica los objetivos del Acuerdo de París;
En séptimo lugar, en la aplicación de las políticas nacionales de uso del suelo, los gobiernos, las empresas y la sociedad civil deben apuntar a varios objetivos cruciales: poner fin a la deforestación; restaurar las tierras degradadas; proteger la biodiversidad y los ecosistemas; y, fundamentalmente, dar poder a los pueblos indígenas que a menudo son los guardianes de las tierras amenazadas;
Ocho, todos los países deberían ponerse de acuerdo de buena fe a cooperar sobre una adecuada Financiación al Clima, con los países de altos ingresos en honor a sus promesas de larga data para proporcionar al menos 100 mil millones de dólares al año en 2020 a los países de bajos ingresos con el fin de financiar la transformación de la energía, la restauración de la tierra, y la adaptación y la resiliencia;
Noveno, todos los firmantes deben cumplir el compromiso colectivo para poner en práctica los mecanismos internacionales de “Daños y Perjuicios,” y en particular para compensar a los países que están sufriendo fenómenos meteorológicos y climáticos extremos (incluyendo olas de calor, enfermedades epidémicas, aumento del nivel del mar, sequías, inundaciones, y ciclones tropicales extremos) relacionados con el cambio climático inducido por el hombre.
En décimo lugar, todas las partes interesadas, incluidos los gobiernos, las empresas y la sociedad civil, deben promover la educación de los jóvenes de hoy en día en las ciencias y los valores éticos del desarrollo humano integral y desarrollo sostenible. Todas las instituciones educativas deben procurar actualizar sus planes y programas de enseñanza para educar a los jóvenes en estos grandes desafíos.
28 de septiembre 2016
Los firmantes
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Oportunidades y prioridades en movimiento un plan global común: Laudato si’ y el Camino a COP22 Marrakech - Instituto Humanitas Unisinos - IHU