30 Março 2017
La nueva recomposición geopolítica internacional a partir de la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca no deja a nadie indiferente. Mucho menos en América Central, región que vive una estrecha dependencia económica, comercial, financiera y migratoria de los Estados Unidos de Norteamérica. “Si siguen cerrando las fronteras aumentará la conflictividad social en toda nuestra zona” enfatiza Álvaro Ramazzini, Obispo católico romano de la diócesis de Huehuetenango en el oeste de Guatemala, fronterizo con México y hábitat de varios pueblos-idiomas originarios. A 20 años de la firma de los Acuerdos de Paz (29 de diciembre del 2016) entre el gobierno guatemalteco y la guerrilla de ese país - que cerró una guerra interna de 36 años-, la hora del balance es oportuna. Aunque la frustración ocupa parte del escenario nacional, aparecen algunas señales de esperanza en una realidad muy compleja para una gran parte de la población que se confronta con la pobreza e incluso el hambre, explica Monseñor Ramazzini, invitado a Suiza por la Guatemalanetz, Acción de Cuaresma de los católicos suizos y Pan para el Prójimo.
La entrevista es de Sergio ferrari, publicada por Alai, 30-03-2017.
Vea la entrevista aquí.
¿Cuál es la realidad cotidiana en su diócesis, en un departamento como el de Huehuetenango con determinante presencia indígena, campesina y explotación minera multinacional?
Constatamos la existencia de mucha pobreza y de una lucha diaria por la sobrevivencia. Si se recuerda que el año pasado hubo muy escasas lluvias y se perdió una parte de las cosechas - en particular de maíz, producto esencial de la dieta diaria-, existe incluso mucha gente que pasa hambre. Lo que motiva el sueño creciente de emigrar hacia el norte como salida de escape a la difícil realidad cotidiana.
El sueño de emigrar, justo en un momento en que, especialmente, a partir de las nuevas medidas del Gobierno de Donald Trump, se construyen muros para frenar, principalmente, la inmigración desde México y de Centroamérica, e incluso se intensifican las deportaciones…
Si el Señor Trump cumple con lo que ha anticipado a nivel migratorio, puede ser dramático para Guatemala. Hay que pensar que en el 2016 las remesas enviadas por los inmigrantes guatemaltecos que trabajan en Estados Unidos reportaron más de 6.400 millones de dólares (ndr: más de 7 mil millones según datos oficiales). Si el país no ha colapsado es en gran parte gracias a esos ingresos. Si se reducen, cortan, o se le aplican los impuestos en discusión, las consecuencias serán nefastas. Nuestra situación social actual - si se une a la de El Salvador, Honduras y a la México-, puede incluso anticipar nuevos focos de conflictos civiles. Tal vez tengo una mirada muy pesimista, pero las señales actuales no son buenas y el cierre migratorio tendrá consecuencias impensadas. ¿Una región inviable? La iglesia católica guatemalteca y también a nivel regional lo estamos advirtiendo porque las señales son muchas y preocupantes Mi país exige cambios económicos y del sistema de justicia inmediatos. No se ve que ni el poder ejecutivo ni los congresistas (poder legislativo) den respuestas a estas prioridades y exigencias.
En diciembre 2016 se celebraron los 20 años de la firma de los Acuerdos de Paz que pusieron fin a la guerra interna de casi cuatro décadas, con un saldo de un saldo de al menos 200 mil muertos, medio millón de exiliados etc. ¿Cuál es su balance del cumplimiento de esos Acuerdos, si se analiza la coyuntura actual?
Estamos viviendo un momento de mucha pena y tristeza. Incluso con algunas señales casi peores que durante el mismo conflicto: mucha violencia; tasa de homicidios altísima; un país que sufre la presión de las maras (bandas juveniles violentas), como sucede también en El Salvador y Honduras. Y un Estado muy debilitado. Pienso que no se cumplió ni un 25 % de lo previsto en los Acuerdos. Hay muchos factores que pueden explicarlo. Uno de ellos es que el empresariado solo participó en la negociación como observador. Y no podemos olvidar que el poder político está dominado por el económico. Volvamos a la situación actual… Nos referimos a un presente sumamente complejo. Todo este modelo de globalización, que crea en mi país niveles crecientes de desempleo; sin oportunidades reales para una gran parte de la juventud; con un énfasis total en el modelo agroexportador de ciertos productos agrícolas, como el azúcar, bananos, café etc. Con agriculturas intensivas que no resuelven el problema de la pobreza. A lo que se le agrega un Estado sumamente debilitado; la corrupción creciente y el aumento del crimen organizado ligado a la droga -incluso en tanto productores de amapola en algunas regiones como San Marcos-, determinan un panorama difícil. Los Acuerdos intentaban, parcialmente, replantear el modelo económico, que no se pudo reformar.
¿Una gran frustración?
Otro tema esencial es la apertura hacia los migrantes, los refugiados. Claro que a Suiza no llegan tantos emigrantes de mi región sino de otros países. Pero no importa. No deben tener miedo por el bienestar en tanto naciones ricas. La caridad y la solidaridad deben prevalecer a la insensibilidad propia de un modelo de globalización que promueve la indiferencia egoísta y el individualismo extremo.
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“Las restricciones migratorias de USA aumentan la conflictividad social centroamericana”. Entrevista con el Obispo Álvaro Ramazzini - Instituto Humanitas Unisinos - IHU