07 Novembro 2017
"El programa de gobierno, como el que propone el Presidente Moreno sigue siendo un proyecto socialdemócrata avanzado, similar al del ex Presidente Rafael Correa, en una fase inevitablemente diferente. Desafortunadamente la ausencia de una estrategia adecuada por parte de Alianza País para esta transición nos pone en riesgo de retroceder debido al debilitamiento y desgaste que producen las peleas internas", escribe Luis Varese, en artículo publicado por ALAI, 03-11-2017.
“Quiero escribir pero me sale espuma, quiero decir muchísimo y me atollo”. César Vallejo
Desde el inicio del gobierno de Lenín Moreno, el 24 de Mayo, dejé de publicar. Amigas y amigos de fuera del país, me preguntan preocupados qué pasa en la política en el querido Ecuador. Qué significan las trágicas noticias que aparecen sobre las peleas internas en el proyecto que parecía continuar con el triunfo de Lenín Moreno, qué ocurre ahora con su expulsión del Movimiento Alianza País. No lo hice antes porque estaba confundido, desconcertado y sobre todo furioso. Furioso con los dos principales dirigentes de esta coyuntura, Rafael Correa y Lenín Moreno, que no han sabido mantener el equilibrio de la transición y que le han regalado a la derecha (sentada en palco de primera con un güisquisito en la mano) el espectáculo de la división interna.
1. Dos graves errores de Rafael Correa: no haber permitido el desarrollo de la construcción de Alianza País como un Movimiento democrático fuerte, que debió y debe ser prioridad; y en segundo lugar, haber impuesto a Jorge Glas como candidato a la vicepresidencia. No porque yo piense que sea corrupto o no, sino porque ya estaba condenado por la derecha como principal acusado de corrupción. Durante dos años la derecha lo señaló sistemáticamente de lucrar con los proyectos. No quiero dejar de mencionar que miles de ciudadanos y ciudadanas propusimos a José Serrano como candidato y que ello hubiera permitido ganar por goleada y en la primera vuelta, como dicen mis compañeros. Dos graves errores de los que hoy pagamos las consecuencias. Luego las intervenciones del Presidente Correa desde el primer día deslegitimando al Gobierno de Moreno, algunas con razón otras sin ella. Un periodo de silencio hubiera sido más estratégico y rentable.
2. La entrega del Presidente Moreno de importantes instrumentos de participación ciudadana como son el Ministerio de Inclusión Económica y Social, el Ministerio del Trabajo y los medios de comunicación estatales a la derecha han sido muy graves para la práctica y para la imagen. Luego y no menos grave, los Insultos a Rafael Correa y a la Revolución Ciudadana y a todos nosotros sus militantes, fueron descontrolados y desmedidos, al parecer cargados de rencor insospechable en su imagen de bonhomía.
3. El resultado de estos desaciertos han llevado a la ruptura unilateral (sin ningún debate interno) de un sector de Alianza País con el conjunto del Movimiento. Este sector encabezado por Ricardo Patiño, Gabriela Rivadeneira y Doris Solís entre otros, entre gallos y medianoche y sin decir aguas van, le quitan la presidencia del Movimiento al Presidente Moreno y nombran a Patiño como nuevo Presidente. La acción aparece como ilegal e ilegítima. El inmediato respaldo del ex Presidente Rafael Correa quita cualquier duda de poder reconciliar, en el corto plazo al menos, las posiciones en el Movimiento.
4. Analicemos: detrás de este golpe de estado interno no se ve ninguna estrategia clara. Moreno tiene el 70% de aprobación, aunque ninguna obra visible haya ejecutado. Rafael Correa, pensador de la Revolución Ciudadana y brillante conductor de ella durante 10 años, transformador del país, ha demostrado muy poca capacidad de conducción política en la coyuntura, al punto que ha llevado exprofesamente a la ruptura del Movimiento.
Moreno hasta la fecha no ha cumplido prácticamente nada de lo ofrecido, pero tampoco ha traicionado el rumbo de la Revolución Ciudadana en la práctica. El debate hoy en Alianza País se ha reducido a adjetivos descalificativos, uno peor que otro, sin ninguna idea en el tapete. La Consulta Popular, parte de la estrategia del gobierno destinada a consolidarse y a resolver contradicciones, tiene un solo elemento ideológico serio y es la pregunta sobre la plusvalía que pretende derogar una Ley que limitaba la desmedida acumulación de riqueza a los especuladores de la tierra urbanizable y de la industria de la construcción. La pregunta sobre la reelección lamentablemente impedirá la postulación no solo de Rafael Correa sino de importantes cuadros para Alcaldías y Asambleístas. Pero si el pueblo ecuatoriano decide abrir las puertas nuevamente a la postulación indefinida, hay mecanismos para hacerlo más adelante. Convertir esa pregunta en el principal caballo de batalla es una tontería. Recordemos que la única elección que perdieron Chávez y Evo Morales fue justamente sobre el tema de la reelección. La tercera pregunta polémica es sobre la constitución del órgano de selección de importantes funcionarios del Estado. Este mecanismo que debía ciudadanizar y democratizar la selección de los componentes de este importante instrumento, no funcionó como estaba diseñado. Sin embargo sí debe construirse una estructura orgánica similar mejorada.
La derecha capitalizará esta Consulta Popular si no logramos convertirla realmente en un instrumento de fortalecimiento de las conquistas de la Revolución Ciudadana. Para ello, para su funcionamiento, lo que se debe hacer es acumular la organización que genera la movilización alrededor de este proceso electoral. Detrás del grupo que hoy lidera un sector de AP no se ve estrategia real de acumulación de fuerzas. La propuesta de una Asamblea Constituyente, tiene su propio ritmo e inevitable plazo, pero lo grave es que puede resultar en una Constituyente con mayoría de derecha y hacernos retroceder 30 años en la democracia nacional, tal como ha ocurrido en países vecinos.
Proponemos consolidar la Asamblea Nacional y tratar de mantener votaciones (ya que un solo Bloque AP parece posible) conjuntas, sobre todo aquello que consolide y profundice las conquistas sociales y de derechos de la ciudadanía. El programa de gobierno, como el que propone el Presidente Moreno sigue siendo un proyecto socialdemócrata avanzado, similar al del ex Presidente Rafael Correa, en una fase inevitablemente diferente. Desafortunadamente la ausencia de una estrategia adecuada por parte de Alianza País para esta transición nos pone en riesgo de retroceder debido al debilitamiento y desgaste que producen las peleas internas. Esta ruptura sigue sin rumbo. El liderazgo de Rafael Correa no basta para retomar el poder rompiendo la institucionalidad, que tanto ha costado construir, en el corto plazo si esa fuera la intención. La tesis del golpe blando en contra de la Revolución Ciudadana es muy frágil y poco popular. El tema de la corrupción manejado por la derecha pone en riesgo la libertad de muchos militantes honestos que trabajaron en estos 10 años. El anuncio del retorno del Economista Rafael Correa Delgado, lejos de recomponer al movimiento revolucionario, parece que va a contribuir a su fraccionamiento. Quienes hemos optado por continuar en proceso de acumulación de fuerzas apoyando al proyecto del Gobierno, nos indignan los epítetos lanzados por el Presidente Moreno, y también nos indigna el apelativo de traidores, por supuesto. Los tiempos del maniqueísmo de: estás conmigo o estás contra mí, deberían haber sido superados y parecía que la Revolución Ciudadana era un espacio serio de debate y enriquecimiento de ideas. Ojalá que no volvamos a las tristes historias de la izquierda continental con fracasos por la vanidad y el sueño del partido propio y de la revolución propia de algunos dirigentes. La derecha Continental y la local se sienten muy satisfechas de sus logros, pero jamás pensaron que en 6 meses iban a tener tan pingües ganancias políticas.
Para una Revolución dirigida fundamentalmente por cuadros de clase media con grandes aspiraciones de movilidad social, perder el poder ha sido muy duro. Han sido reemplazados por otros cuadros con iguales aspiraciones. Grave consecuencias traen la falta de formación política y ética. Frei Betto nos enseña mucho sobre lo que ocurrió en Brasil con el PT y el alejamiento de la solidaridad y la ética como principios de conducción. La única escuela política que funcionaba en el Ecuador eran los sábados con el ex Presidente Correa, pero todo ello se desmoronaba con la dedocracia que iba de arriba hacia abajo y se repetía en cada esquina de poder de Alianza País. Fuerte y gran trabajo les toca a los jóvenes de formar a los nuevos cuadros con esas cualidades, pero de ello se trata y en ello y por ello nos jugaremos la vida. Impedir en el Ecuador un nuevo triunfo del imperio es el principal desafío para quienes amamos la revolución y la solidaridad y por lo tanto el socialismo, por encima de todas las cosas. Mantener el capital al servicio del ser humano, es nuestra meta.
En el movimiento popular, en los movimientos sociales hay dirigentes maduros y consecuentes que tienen mucho que aportar y volver a enrumbar a este proceso democrático que se trata de destruir. La Patria Altiva y Soberana debe volver a hondear sus banderas como propuesta para la Patria Grande. Gran parte de Alianza País está consciente que el movimiento no puede quedar en manos de dirigentes nombrados a dedo una vez más. Pocas esperanzas hay sin embargo de un proceso interno democrático y limpio con el triste ejemplo que nos han dado anoche este grupo de compañeros y compañeras. Tenemos confianza en el futuro y en las alternativas que se abren a partir de la recomposición que se está dando en los movimientos sociales. Por nuestra parte seguimos militando y activando en nuestro CRC lleno de iniciativas populares y democráticas en búsqueda del Buen Vivir.
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Ecuador, los días grises de la Revolución Ciudadana - Instituto Humanitas Unisinos - IHU