Por: Lara Ely | 10 Agosto 2017
Después de medio siglo de lucha armada, el movimiento de preservación de los manantiales hídricos en Colombia ganó fuerza cuando el presidente Juan Manuel Santos y el líder de las Farcs Rodrigo Londoño, el Timochenko, firmaron acuerdo de paz, en noviembre pasado. En la contramano del vecino latinoamericano, el Brasil sigue flexibilizando leyes de minería y creando nuevas hidroeléctricas, actividades que causan impacto en el sector hídrico.
En los Andes Colombianos, el segundo punto más biodiverso del mundo, el campo quedó abierto para la entrada de investigadores en locales que antes eran ocupados por la guerrilla. Nacientes y áreas alrededor de ríos pasaron a ser blando de protección Tecnológica e Innovación (CTel).
En la región de Boyacá, la orientación de reducir la minería y de preservar los reservatorios de agua se traduce en una nueva política pública. Con la creación del Programa Boyacá BIO, el estado apuesta en el conocimiento y en la protección de las planicies andinas con reservatorios de agua e impulsa la creación de una red de investigadores para equilibrar el ambiente y el desarrollo. En total, la entidad ya aprobó ocho iniciativas de ese tipo.
En entrevista a El País, el gobernador Carlos André Amaya compara la riqueza en biodiversidad de su región al petróleo en Oriente Medio. “Colombia posee 49% de planicies con manantiales del mundo, y Bocayá tiene 24% del total existente en el país.
Podríamos decir que, guardadas las debidas proporciones, somos la Arabia Saudita del agua”, dice.
Las montañas colombianas esconden un ecosistema con vegetación rastrera y plantas que protegen el suelo de ambientes externos. El biólogo botánico William Bravo explica que las plantas típicas de esa región tienen sus hojas distribuidas de forma helicoidal sobre un tallo, de modo que llegan a vivir hasta por 200 años. Según él, “ellas precisan ser preservadas para la manutención de los manantiales hídricos en vez de devastarlas para actividades pastoriles.”
Los trabaos iniciales de investigación en el local señalaron la falta de procesos investigativos para la valorización de la diversidad biológica, cultural y socio económica. Entre los proyectos apoyados por el gobierno están iniciativas de educación ambiental, paz territorial, ecoturismo, innovación y creación de valor en productos asociados a los ecosistemas estratégicos. Quien afirma es el secretario de planificación Herman Amaya, responsable por el proyecto en un departamento cuyo PBI depende casi 14% de la minería.
Aunque la orientación sobre esa actividad haya cambiado en el último año, la postura del gobierno de Colombia sobre el tema vive una transición gradual. En febrero de 2010, una ley estadual excluyó actividades de minería en estos ecosistemas. Esta legislación fue aplicada por apenas dos años. Fue entonces que, en 2016, una decisión del Tribunal Constitucional confirmó la prohibición de depósitos de minería en terrenos baldíos.
Con foco en los recursos hídricos todavía muy volcado para la irrigación de la agricultura y minería, el Brasil parece andar en el camino opuesto a la estrategia colombiana. Detentor del mayor manantial de agua dulce del mundo (840 mil km² del Acuífero Guaraní están en el subsuelo) tiene capacidad de abastecer 400 millones de personas.
La importancia estratégica de este manantial para el futuro del país es incuestionable, pero existen contradicciones en la forma como el gobierno realiza su gestión.
(Imagem: Reprodução infográfico CartaCapital)
En entrevista concedida al IHU On-Line, el coordinador de la Campaña del Clima y Energía del Greenpeace, Pedro Telles, alertó sobre la injerencia en el asunto y el riesgo de privatización por parte del actual gobierno. Es preciso transformar la forma como administramos el agua (…) Tenemos la idea de que Brasil es el país con mayor acceso al agua dulce. De hecho, pero el agua es muy mal gestionada”, dice él.
La privatización del manantial es otro punto cuestionado por especialistas. Para el creador y consultor de la Bio campo Desarrollo Agrícola Rui Daher, el actual gobierno discute incluir concesiones de hasta más de 100 años para la explotación del Acuífero Guaraní, dentro del Programa de Asociación e Inversión (PPI). Las empresas como Nestlé y Coca-Cola estarían entre las interesadas en la negociación con el Ministerio del Medio Ambiente, hoy comandado por Sarney hijo (PV-MA), escribió Dahe en artículo publicado en Carta Capital.
Brasil es el detentor de 12% de los recursos hídricos del planeta. Según el Ministerio del Medio Ambiente, el volumen distribuido por persona en el país es 19 veces superior al mínimo establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) – de 1.700 m3/s por habitante por año. Datos de la misma organización apuntan que 73% del agua mundial va para irrigación de la actividad agrícola, 21% para la industria (minería, inclusive), y 6% para el consumo humano.
Como poder de ganga entre políticos que defienden la explotación desmedida de los recursos naturales a cambio de poder, la flexibilización de la legislación para el uso del agua es un problema antiguo en Brasil. El agotamiento de las nacientes y, luego allí adelante, a la vuelta de la crisis hídrica en regiones como el Suroeste, son posibles
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Con el fin de las FARC, el gobierno de Colombia prioriza la preservación del agua - Instituto Humanitas Unisinos - IHU