02 Agosto 2016
Se cumplieron, en marzo, 40 años de la instauración en Argentina de la dictadura militar, dentro de un orquestado Plan Cóndor, desde Washington, que extendió la represión desde Chile a Uruguay. Años antes, se había instalado en Guatemala, República Dominicana y Brasil, y ahora lo hacía en Argentina. Siguiendo la tradición del exilio español, México se convirtió en tierra de refugio de centenares de latinoamericanos, entre ellos a argentinos, muchos de los cuales se transformaron en argenmex.
El reportaje es de José Luis Avendaño, publicado por Alainet, 29-07-2016.
Hace unas semanas se presentó el libro: Del gobierno popular al modelo neoliberal, compilado por Carlos Prigollini, que editó el Grupo de Apoyo del Frente para la Victoria (FpV) de Argentina en México, y que reúne textos escritos entre 2012 y 2016, al calor de la derrota electoral del FpV, que significó el ascenso de Mauricio Macri en diciembre de 2015, como nuevo presidente de Argentina. Además de Prigollini, escriben José Miguel Candia, Walter Martínez Alves, Néstor S. Medina y Juan Carlos Rodríguez.
De la dictadura militar a la dictadura del mercado. El resultado, como se dice en el epílogo es esta barbarie modernizadora que, como se ve, lo moderno no le quita lo bárbaro, como esencia del neoliberalismo. Son cuatro momentos de la historia de Argentina: la dictadura militar (1976), la democracia restringida (1983-2003), los doce años de Néstor y Cristina Kirchner (2003-2007 y 2007-2015, respectivamente) y la actual restauración neoliberal, que es como volver al pasado.
Son escritos de coyuntura, pero que agrupados, adquieren una relevancia para explicar por qué triunfó, a pesar de la reciente experiencia de la dictadura y de la democracia restringida –de Alfonsín a Menem—, y regresó la derecha neoliberal, es decir, de la dictadura de los mercados. Sobre todo, recorre las páginas la presencia y quehacer del poder mediático, representado por el Grupo Clarín y el diario La Nación, que replicaron para resto de América Latina, Televisa y CNN en Español.
Argentina, como otros países bajo el dominio del dogma neoliberal, regresó a la etapa de la dictadura militar de manejo del país como si fuera una empresa cualquiera; peor aún: como si fuera una subsidiaria de consorcio transnacional, donde los encargados de la gestión política fueron, hace poco, ejecutivos (CEO) y gerentes de empresas públicas o privadas, y que con esa mentalidad gerencial conducen los destinos del país. Vale subrayar: contra los intereses populares y de la Nación. Fue el tiempo del entreguismo, que llegó al extremo de “las relaciones carnales” con Estados Unidos.
Se incluye el asunto de las islas Malvinas (1982), usurpadas por Inglaterra, que, aparte de su posición estratégica, contiene reservas de minerales, petróleo y gas, y 70 por ciento de agua dulce del planeta, y que los militares, como harían con el Mundial de Fútbol de 1976, harían un asunto político mediático, mejor dicho, patriótico mediático, creyendo compensar, con ello, el descrédito por las Malvinas, de un ejército que, como muchos tantos, sólo son buenos para reprimir a los pueblos.
En la primera década del siglo XXI, la región vivió, con los Kirchner, una breve etapa de flujo democrático, bajo un signo nacionalista y popular, y ahora se regresa, de la mano del dogma neoliberal, a un clima de derecha, conservador o reaccionario, en los ámbitos político, económico y social.
Una oleada privatizadora alcanzó a Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), Aerolíneas Argentinas y las jubilaciones, y en plena crisis se escuchó la voz de la calle: “Que se vayan todos”.
A lo largo del texto se enumeran tanto éxitos como fracasos de la fórmula K, como el antecedente de la gestión neoliberal y su regreso –corregido, aumentado y profundizado— con Mauricio Macri. Pero, sobre todo, está el comienzo de una autocrítica desde la izquierda sobre la derrota electoral.
Un texto, el de Prigollini, para no olvidar, en este necesario ejercicio de y para la memoria. Como dijo Jorge Luis Borges, citado por el compilador: a los argentinos “no nos une el amor, sino el espanto”. Cual letra de tango.
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Cuarenta años después (IHU/Adital) - Instituto Humanitas Unisinos - IHU