23 Novembro 2018
La problemática de la tierra en Paraguay fue analizada recientemente por el sociólogo José Carlos Rodríguez quien mencionó “El Estado ha sido secuestrado por los latifundistas” [1], denunciando el acaparamiento de tierras en manos del 2% de la población, responsable de la destrucción de los bienes naturales y que esta minoría poderosa impone las reglas de juego a través de sus influencias políticas. Varios gobiernos han pasado pero ninguno ha tocado la estructura agraria fundada en la mala distribución de tierras.
El artículo es de Abel Irala, publicado por Alai, 21-11-2018.
Esta mala distribución de tierras forma parte de un modelo de apropiación, que actualmente se presenta basado en la exportación de soja y carne, principalmente, obstruyen posibilidades de disminuir la pobreza y aumentan la desigualdades en el país.
El estado a través de los gobiernos ha orientado sus políticas para proteger la lógica extractivista de la economía, concediendo privilegios para los agronegocios. Durante la administración de Horacio Cartes se “incrementó la deuda pública del país en un 63% entre 2013 y 2017, con la excusa de más inversiones” [2], de los cuales el BID y el Banco Mundial son los principales acreedores, y gran parte del dinero fue destinado a construcción de infraestructura para los agronegocios. Paraguay se ha ubicado entre los países que más creció en deuda pública, pero también es el país con menos impuestos sobre la exportación de granos en la región, “presiones tributarias bajas e injustas”[3].
Uno de los primeros discursos del Presidente de la República Mario Abdo Benítez, incluso antes de asumir, fue para dar tranquilidad a los grandes señores del agronegocio, para garantizar el apoyo del gobierno, para expresar que la tasa impositiva para la soja no aumentará [4]. Claro que al hablar del impuesto a la soja, no se está hablando de cualquier impuesto, se está hablando de un impuesto a los mayores poderes económicos del país, con quienes Abdo Benítez desea mantener buenas relaciones.
Hace varios años que la pobreza se mantiene sin poder ser disminuida, afectando al 28% de la población, lo que representa aproximadamente 1.900.000 personas[5]. Hay que agregar que una de cada dos personas en situación de pobreza o pobreza extrema es menor de 18 años, muchos de ellos en edad escolar no asisten a centros educativos por problemas relacionados a la pobreza[6].
Es paradójico, que en el Departamento de Caaguazú existen 400 mil hectáreas de soja[7], uno de los nuevos territorios sobre los que avanza el grano en cuestión, sin embargo es uno de los Departamentos más afectado por la pobreza. “La mayor cantidad de personas en situación de pobreza extrema o de indigencia se encuentran en los departamentos de Caaguazú y San Pedro” [8], el avance de los agronegocios y del extractivismo no conlleva necesariamente bienestar para la mayor parte de la población; en el mismo Departamento, se debe señalar que en un periodo de 10 años la agricultura campesina perdió 42,2% de superficie y el agronegocios creció en similar superficie (41,5%) [9], revelando la imposibilidad de coexistencia entre estas formas de producción.
En la medida que el modelo avanza también aumenta la desigualdad, en el 2013 el índice de Gini era de 0.448 aumentando al 2017 al 0,488, la situación empeora si tomamos las zonas rurales donde en el 2013 fue de 0.482 a llegar al 0,493 en el 2017, recordemos que el promedio de desigualdad en América Latina es de 0,469, Paraguay se ubica por encima [10].
Además preocupa de sobremanera lo que algunos llaman la infantilización de la pobreza, ya que ésta afecta severamente a la población de niños, niñas y adolescentes, según Centro de Investigación Aplicada (CIA) del Observatorio Económico de la Facultad de Ciencias Contables, Administrativas y Económicas de la Universidad Católica (UCA) “600.000 niños se encuentran en situación de pobreza –según cifras de la Encuesta Permanente de Hogares del 2016– representan el 40% del total de los chicos en ese rango de edad mencionado” [11]. Las causas de lo antes señalado, según responsables del informe, el modelo económico "que no proporciona igualdad de oportunidades para todos, una sociedad y una economía con un alto impacto de problemas de desocupación y subocupación laboral".
Al propósito del empleo, la OIT ha indicado que Paraguay es uno de los dos países con menos oportunidades de empleo para los jóvenes en Latinoamérica [12]. En junio del 2017 el periódico especializado en economía y negocios tituló una nota así: “En economía real, lo único que crece es el desempleo” [13]; de hecho la exportación de soja que tiene una incidencia importante en el PIB, pero que además de estar prácticamente exenta de impuestos, absorbe poco capital humano, no es generadora de empleo. Y por otro lado, los pocos puestos de trabajos que se generan en el sector primario vinculado a las grandes actividades agroganaderas, son en condiciones de precariedad, de explotación e ilegalidad.
En un informe sobre Paraguay (julio 2017), Urmila Bhoola, Relatora Especial de la Naciones Unidas se refiere al déficit sobre el trabajo digno, el criadazgo, trabajo forzoso y servidumbre por deuda, servidumbre doméstica, el informe pone en evidencia la falta de respeto y de garantías para los y las trabajadoras, además hace un especial énfasis a la situación de los indígenas en el Chaco quienes “se ven obligados a trabajar en condiciones de explotación profunda”. “Según la información recibida por la Relatora Especial, esos trabajadores están sujetos a prácticas que constituirían trabajo forzoso y una forma de esclavitud contemporánea. Se informa que trabajan largas horas sin pausas y reciben la totalidad o la mayor parte de sus salarios en cupones o créditos que se pueden gastar en tiendas propiedad de los empleadores” [14].
Mientras que para hacer frente al desempleo Paraguay necesita generar 66 puestos laborales por año, eso no se logrará con este modelo de concentración de riqueza, la tendencia en los agronegocios indican que éste ocupa a 1 trabajador por 400 hectáreas, mientras que la agricultura campesina emplea a una familia completa en 10 hectáreas [15].
La proyección de los agronegocios a corto plazo es mayor utilización de tecnología y prescindir de mano de obra, con el ingreso de varias maquinarias que apuestan a una “revolución en el campo”, así lo menciona un informe sobre los beneficios de la utilización de drones para la agricultura, controlar los “rubros más productivos”, “controlar el ganado”, prosigue el informe: “se emplean otros elementos costosos y que requieren de mucho personal, pero los drones le están cambiando la realidad al hombre de campo […] Paraguay está en un momento de transición de la tecnología convencional que se usa en el campo a una que está revolucionando el mundo como lo conocemos: los drones. Estos dispositivos son cada vez más frecuentes en el monitoreo de ganado o cultivos” [16]. Controlar todo a través de una computadora o celular.
Con estas condiciones el Estado Paraguayo se aleja de contribuir con los objetivos de desarrollo sostenible para el 2030, que entre varios se encuentran: “Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible” y “Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos”, siendo fiel a un modelo excluyente que está por encima de los derechos y necesidades de las personas.
Existe una relación de simbiosis entre la pobreza, la desigualdad, el desempleo y el relato de un modelo productivo que busca autodefinirse como moderno y fuente de progreso, pero que en realidad agrede a la vida misma de diversas maneras.
Notas:
[1] Ver nota disponible aquí.
[2] Diario Abc color (11 de junio 2017) disponible aquí.
[3] Serafini, V. (2017) “Cuando ganan los sojeros”. Informe Soja al Cuello, Base IS.
[4] Diario Última Hora (11 de mayo 2018) disponible aquí.
[5] Diario ABC color (2 de julio 2017) disponible aquí.
[6] Diario Última Hora (24 de julio 2017) disponible aquí.
[7] Capeco disponible aquí.
[8] Diario ABC color (26 de junio 2017) disponible aquí.
[9] Ortega, G. (2016) Mapeamiento del extractivismo disponible aquí.
[10] Diario Última Hora (11 setiembre 2018) disponible aquí.
[11] Diario Última Hora (17 de julio 2017) disponible aquí.
[12] Diario 5 Días (6 de junio de 2018) disponible aquí.
[13] Diario 5 Días.
[14] Declaración de fin de misión de Urmila Bhoola, Relatora Especial sobre formas contemporáneas de esclavitud, incluyendo sus causas y consecuencias, al concluir su visita al Paraguay del 17 al 24 de julio del 2017. disponible aquí.
[15] Informe Relatora Especial de Naciones Unidas, Hilal Ever, sobre su visita oficial a Paraguay del 4 al 10 de noviembre, 2016. Disponible aquí.
[16] Diaro ABC color (11 de mayo 2018) disponible aquí.
FECHAR
Comunique à redação erros de português, de informação ou técnicos encontrados nesta página:
Paraguai. Mucha soja, elevada desigualdad, pobreza y desempleo - Instituto Humanitas Unisinos - IHU