10 Abril 2020
Emiliano Zapata.México, †1919
Muere, en cobarde emboscada, el general Emiliano Zapata, jefe de los campesinos revolucionarios. Nació en Anencuilco, Estado de Morelos, el 8 de agosto de 1879. Desde niño conoció en su propia carne la explotación y aprendió a ver las cosas desde los oprimidos. En su propio pueblo organizó a los trabajadores para que protestaran contra los abusos de los hacendados. Con unos compañeros tomó la hacienda El Hospital, y la distribuyó entres sus vecinos. Su lema fue desde entonces: «¡Tierra y libertad!». Un documento de Morelos en que se hace un compendio de la doctrina revolucionaria, esencialmente agraria y de justicia social, fue su inspiración. Él sólo puso sus palabras, su vehemencia, su experiencia, su amor a la tierra y a la libertad, y su rechazo a toda forma de servidumbre. Zapata acogió con interés la lucha de Madero y el derrocamiento de Porfirio Díaz en 1911. Su decisión de dar la tierra a los campesinos halló margen de acción en la nueva realidad política. Lo aprovechó para distribuir tierras a los campesinos.
Madero creyó que con la abolición de la dictadura germinaría la democracia de manera espontánea, y licenció al ejército. Zapata se entrevistó con él para decirle que el problema agrario no se resolvería con un ejército al servicio de los intereses de los ricos. La respuesta del gobierno fue usar la fuerza para obligar a Zapata a aceptar lo decidido. El 28 de noviembre de 1911, desde el pueblecito de Ayala, Zapata reivindica la tierra para el que la trabaja, en un programa que se conoce como Plan de Ayala, que constituye su ideario. El 20 de febrero de 1913, con el apoyo de EE.UU. se subleva el general Victoriano Huerta, que asesina a Madero y se convierte en dictador. Trata de ganarse a Zapata y, al no conseguirlo por su rectitud, procura acabar con él realizando masacres de campesinos, su base social. Zapata le dice: «Quiero morir siendo esclavo de los principios, no de los hombres». La crueldad de Huerta provocó su derrocamiento.
Ante este cambio, que sólo era de personas, Zapata ratifica el Plan de Ayala, invitando a los compañeros del Norte –Pancho Villa y los suyos– a adherirse a él. El presidente Venustiano Carranza intentó calmar a Zapata, tratando de que se conformase con creer en las reformas legales que nunca serían eficaces para transformar la realidad del campesino. Pero al no poderlo engañar, quiso acallarlo con la lucha armada. El caudillo del sur le hacía frente, a la vez que organizaba la producción en la zona en que dominaba, sobre todo en el Estado de Morelos. Fueron los años 1914-1919 los más fecundos en logros a favor del pueblo.
Finalmente Carranza y su general González decidieron asesinarlo a traición a balazos, pretendiendo así terminar con sus ideales de justicia par los oprimidos del campo. La lucha zapatista sigue hoy clamando por tierra y libertad.
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10 de abril de 1919 - Instituto Humanitas Unisinos - IHU