23 Novembro 2018
Esta plataforma, que nació en 2014 para acompañar a las comunidades amazónicas, cuenta con el apoyo de misioneros españoles y Cáritas Española.
La nota es de Laura Daniele, publicada por Diario ABC de España y reproducida por Cpal Social, 22-11-2018.
La Iglesia es la institución que mejor conoce la dura realidad de los pueblos amazónicos. Será porque sus misioneros, laicos, sacerdotes y religiosas son los que más kilómetros recorren a diario por la selva y los ríos amazónicos para acompañar a las comunidades más olvidadas del planeta.
Ese fue el objetivo con el que nació la Repam (Red Eclesial Panamazónica) en septiembre de 2014. Esta plataforma fue el resultado de muchas décadas de trabajo de un puñado de obispos, sacerdotes, laicos y religiosas que veían con preocupación la injusticia y el olvido en la que vivían los pueblos amazónicos.
La red se compone hoy de un millar de organizaciones de la Iglesia --instancias locales, nacionales e internacionales, congregaciones, instituciones, equipos especializados y misioneros-- de los nueve países que conforman la región Panamazónica (Brasil, Venezuela, Guyana Francesa, Guyana Inglesa, Surinam, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia). Su principal tarea es el acompañamiento y la defensa integral de los territorios, de los grupos más vulnerables y de sus derechos.
A ello dedica su vida el jesuita español Rafael Lería. Lleva más de 18 años acompañando a las comunidades indígenas de América Latina. «Creo que es importante que las comunidades de la Amazonia se den cuenta de que no están solas», comenta.
Para tomar conciencia de ello, la Repam ha puesto en marcha una Escuela de Derechos Humanos con el apoyo de Cáritas Española. Esta escuela itinerante forma a los líderes de las distintas comunidades amazónicas en la promoción y defensa de sus derechos vulnerados. Este año la cita es en la ciudad peruana de Jaén, a unos 1.000 km al norte de Lima y cuenta con 18 representantes de comunidades de Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Venezuela y Bolivia.
«En esta escuela conseguimos que la gente tenga una visión general de la situación de los nueve países que conforman la Amazonia. Aquí ven que los problemas son comunes y que no están solos, que podemos hacer algo juntos para seguir defendiendo, cuidando y amando la Amazonia», comenta el padre Rafael.
Este abogado malagueño metido a misionero explica que la industria extractiva (minera, petrolera y maderera) en connivencia con los Estados está acabando con la selva. «Son los mismos Estados y gobiernos lo que están facilitando la entrada de las empresas extranjeras, sobre todo chinas y canadienses. Están haciendo barbaridades y las comunidades se están quedando sin sus territorios», comenta.
Pese a las dificultades y el sufrimiento que padecen las comunidades amazónicas por el expolio de sus tierras, el padre Rafael asegura que «hay mucha vida y mucha esperanza». «Hay mucho por hacer y no tenemos miedo», señala. Para este misionero español lo más importante es «generar conciencia» sobre lo que está ocurriendo en la Amazonia y «tender puentes». «No se trata de un problema de los pueblos de la Amazonia. Para ellos cuidar su casa es cuidar el mundo, porque la Amazonia es el pulmón del mundo. Tenemos que buscar soluciones a nivel global».
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La Red Eclesial Panamazónica, un milagro en plena selva - Instituto Humanitas Unisinos - IHU