13 Março 2018
Un «insensato prejuicio». Con estas palabras Benedicto XVI, desde su ermita en el Vaticano, desmonta la afirmación según la cual su sucesor carecería de estatura teológica mientras él, el Papa teólogo, habría sido solamente un teórico sin comprender la vida del cristiano de hoy. Las afirmaciones del Papa emérito, que subrayó la «continuidad interior» de los dos Pontificados, aparecen en la carta que envió al Prefecto de la Secretaría para la Comunicación, Dario Edoardo Viganò, que leyó algunos fragmentos durante la presentación de la colección “La Teología del Papa Francisco”, editada por la Libreria Editrice Vaticana (LEV), este lunes 12 de marzo por la tarde en la Sala Marconi de Palazzo Pio.
A reportagem é de Andrea Tornielli, publicada por Vatican Insider, 12-03-2018
«Celebro esta iniciativa – escribió Benedicto XVI – que quiere oponerse y reaccionar al necio prejuicio, según el cual el Papa Francisco sería sólo un hombre práctico, que carece de particular formación teológica o filosófica, al tiempo, que yo habría sido únicamente un teórico de la teología, que hubiera comprendido poco sobre la vida concreta de un cristiano de hoy».
Ratzinger agradece en su carta por el regalo de los once volúmenes que escribieron varios teólogos de renombre internacional que componen la colección, de la que se encargó Roberto Repole, Presidente de la Asociación Teológica Italiana. «Los pequeños volúmenes – añade Benedicto XVI – demuestran con razón que el Papa Francisco es un hombre de profunda formación filosófica y teológica, y ayudan por este motivo a ver la continuidad interior entre los dos Pontificados, aún con todas las diferencias de estilo y de temperamento».
No es la primera vez que el Papa emérito manifiesta sintonía con su sucesor, pero nunca lo había hecho con tanta fuerza y claridad. En octubre de 2015 se llevó a cabo en Roma un congreso teológico sobre la doctrina de la justificación. En esa ocasión, el arzobispo Georg Gänswein leyó el texto de una entrevista que le hizo a Ratzinger el teólogo jesuita Jacques Servais sobre «qué es la fe y cómo se llega a creer». En esa entrevista el Papa Benedicto citó a Francisco, al reflexionar sobre la misericordia: «El hombre de hoy tiene generalmente la sensación de que Dios no puede dejar que la mayor parte de la humanidad vaya a la perdición. En este sentido, ha casi desaparecido la preocupación por la salvación típica de hace tiempo. Sin embargo, en mi opinión, sigue existiendo, de otra manera, la percepción de que nosotros necesitamos la gracia y el perdón. Para mí es un “signo de los tiempos” que la idea de la misericordia de Dios se haga cada vez más central y dominante –empezando por sor Faustina (Kowalska, santa, ndr.), cuyas visiones reflejan profundamente de diferentes maneras la imagen de Dios propia del hombre de hoy y su deseo de la bondad divina».
«El Papa Juan Pablo II – continúa Ratzinger – estaba profundamente impregnado por tal impulso, aunque no siempre surgiera explícitamente. Pero no es ninguna casualidad que su último libro, que vio la luz justo inmediatamente antes de su muerte, hable de la misericordia de Dios. A partir de las experiencias en las que desde los primeros años de vida tuvo para constatar toda la crueldad de los hombres, él afirma que la Misericordia es la única verdadera y última realización eficaz en contra de la potencia del mal. Solamente en donde hay misericordia acaba la crueldad, acaban el mal y la violencia».
«El Papa Francisco – continúa Benedicto citando a su sucesor – se encuentra completamente de acuerdo con esta línea. Su práctica pastoral se expresa precisamente en el hecho de que él nos habla constantemente de la misericordia de Dios. Es la misericordia lo que nos mueve hacia Dios, mientras la justicia nos espanta ante su presencia. En mi opinión esto resalta que bajo la capa de la seguridad de sí y de la propia justicia el hombre de hoy oculta un profundo conocimiento de sus heridas y de su indignidad frente a Dios. Él está esperando misericordia».
El 28 de junio de 2016, en ocasión del 65° aniversario de la ordenación sacerdotal de Joseph Ratzinger, se llevó a cabo una ceremonia en la Sala Clementina, en la que participaron el Papa Francisco y su predecesor.
Benedicto, en su breve saludo final, volvió a hablar sobre la misericordia: «¡Gracias sobre todo a usted, Santo Padre! Su bondad desde el primer momento de la elección, en cada momento de mi vida aquí, me sorprende, me mueve realmente, interiormente.
Más que en los Jardines Vaticanos, con su belleza, su bondad, es el lugar en el que habito: me siento protegido. Gracias también por la palabra de agradecimiento, por todo. Y esperemos que usted pueda seguir adelante con todos nosotros por esta vía de la Misericordia Divina, mostrando el camino de Jesús, hacia Jesús, hacia Jesús».
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Ratzinger: “¿Francisco carece de formación teológica? Un prejuicio insensato” - Instituto Humanitas Unisinos - IHU