27 Janeiro 2017
La economía registró un desequilibrio de cuenta corriente de 15.853 millones de dólares en 2016, al incrementarse en 35,1 por ciento respecto del año anterior. Las cifras, que surgen del último informe de balance cambiario del Banco Central, implican que la Argentina alcanzó un déficit en el comercio de bienes y servicios equivalente a 3 puntos del PIB. Estos datos se suman al rojo de alrededor de 5 puntos del PIB de la cuentas fiscales. El equipo económico, que iba a concentrarse en atender los supuestos desajustes macroeconómicos para encausar la inflación y el proceso de inversiones, cerró el primer año de gestión con el déficit gemelo (fiscal y de cuenta corriente) más importante de los últimos 20 años. A lo que se le sumó el fuerte aumento del déficit de las cuentas del Banco Central, denominado “cuasi fiscal”.
El reportaje es de Federico Kucher, publicado por Página/12, 22-01-2017.
La posibilidad de que empiece a revertirse el desequilibrio en 2017 es escasa si se consideran las declaraciones de los funcionarios de Macri. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, dijo que las importaciones van a colaborar para contener el proceso inflacionario.
En 2016, a pesar de la recesión, las importaciones no cayeron en forma considerable. Según el balance cambiario, donde se registran los principales movimientos de ingreso y salida de divisas de la economía, sumaron 49.998 millones de dólares, cuando habían sido 53.465 millones en 2015. Si el objetivo del Gobierno es moderar los precios con una mayor apertura comercial, y la economía deja de retroceder, las importaciones podrían registrar un sustancial aumento este año y presionar aún más sobre el déficit de la cuenta corriente, en el cual se computa no sólo el saldo comercial de bienes sino también el de servicios.
El turismo fue uno de los principales factores explicativos del desequilibrio de la cuenta corriente en 2016. La salida de divisas de argentinos que fueron de vacaciones al extranjero sumó 10.128 millones de dólares, el equivalente a 2 puntos del PIB que dejaron a consumirse en el mercado interno. El pago de los intereses de la deuda fue otro de los rubros que influyó en el desequilibrio, al destacarse las transferencias para cancelar el acuerdo con los fondos buitre.
Las exportaciones de bienes y servicios, mientras tanto, no hicieron un aporte importante para contener las tensiones de la cuenta corriente. Los despachos al exterior se ubicaron en 2016 en 58.081 millones de dólares, un monto casi idéntico al registrado en 2015, pese a las ventajas cambiarias y la devolución de impuestos a distintos complejos exportadores. Las exportaciones no tienen una relación directa con el nivel del tipo de cambio y el aumento de rentabilidad para algunos sectores, sino que dependen del volumen de comercio global y, en particular, de la performance de la economía brasileña. En Brasil ya se estima otro año de crisis y estancamiento, una situación que dificulta que las exportaciones argentinas repunten y generen alivio sobre las cuentas externas.
Las tensiones de divisas de la Argentina se potenciaron el año pasado, pese a que fueron opacadas con un ingreso masivo de deuda externa. Este nivel de endeudamiento, que asciende a 50.000 millones de dólares por año, no es sostenible en forma indefinida y, por el momento, no apuntó a resolver los grandes baches estructurales de la economía local. Resolver, por caso, algunos de los principales desequilibrios de divisas en las cadenas productivas industriales requiere años y grandes inversiones, que no están en agenda de la política económica del gobierno de Mauricio Macri.
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Argentina. Triple déficit del macrismo - Instituto Humanitas Unisinos - IHU