Por: João Vitor Santos | Mariana Szájbély | 01 Agosto 2017
Desde el inicio de julio, millares de agricultores están acampando en las plazas centrales frente al Congreso de Paraguay, en Asunción. Los productores, venidos de la agricultura familiar, y ligados a distintos grupos y cooperativas, reclaman mayor apoyo del gobierno para poder mantenerse en el campo. En este episodio, Paraguay tiene una nueva muestra de las desigualdades generadoras de pobreza en que está sumergido su pueblo. Según datos del portal Nueva Sociedad, el país está entre los que tiene mayor desigualdad en la propiedad de la tierra entre sus vecinos latinoamericanos. Solo el 2,6% de la población es dueña del 84,8% de la tierra. Mientras, los pequeños agricultores, que pertenecen a los 91,4% del total de personas que viven y de hecho producen en el campo, poseen apenas el 6,3% del área nacional. Esta cuestión, ya histórica en la nación paraguaya, es el plano de fondo de las recientes movilizaciones que están siendo articuladas por la Coordinadora Nacional Intersectorial – CNI, entidad que congrega los grupos.
Invitando a la ciudadanía de Asunción a comprender la #MarchaCampesina pic.twitter.com/yNslQbxlEy
— Coord.Intesectorial (@CoordinadoraCNI) 13 de julho de 2017
Para los campesinos, la alternativa es un plan de rehabilitación financiera por medio de la concesión de subsidios. Esta semana, el ministro de la Agricultura, Luis Baruja, anunció el destino de cerca de 27 millones de guaraníes para la asistencia a familias que perdieron las plantaciones como consecuencia de las heladas y cerca de 85 millones y medio para el refinanciamiento – o sea, el gobierno desembolsaría 109 millones y medio en moneda local, lo que representa cerca de 20 millones de dólares. Uno de los líderes del movimiento, Luis Aguayo, ha declarado a la prensa local que es insuficiente. Él defiende la adopción de un subsidio de deudas (cerca de 34 millones de dólares a 17.000 agricultores) y otras acciones de emergencia relacionadas más directamente a la producción. “Rechazamos cualquier propuesta con carácter de chantaje, migajas que quieren ofrecer a la agricultura familiar. Nosotros afirmamos que nuestros proyectos están en el Senado”, destacó en una entrevista reproducida por la Agencia Nodal.
Marcha de campesinos en Asunción, Paraguay (Foto: Coordinadora Nacional Intersectorial)
Aguayo se refiere a dos proyectos de ley enviados por el grupo al Senado – Paraguay tiene sistema bicameral, pero los senadores son electos directamente por el voto popular. Uno de los proyectos es el que declara la emergencia nacional en la agricultura familiar. El documento ya pasó por las comisiones de Asuntos Constitucionales, Finanzas y Presupuesto, Cuentas y Administración Financiera de la casa legislativa. El segundo es una propuesta de rehabilitación financiera a los pequeños agricultores, aquellos campesinos que tengan menos de 30 hectáreas. Este también fue enviado a las comisiones de Asuntos Constitucionales, Finanzas, Reforma Agraria y Legislación. Hasta ahora, solo una de las comisiones emitió su parecer para la aprobación. El senador Fernando Lugo ha recibido las demandas y viene intentado poner a votación, pero encuentra resistencia de sus pares como consecuencia de las manifestaciones de los agricultores.
SOLICITAMOS A LOS PARLAMENTARIOS EL TRATAMIENTO Y LA APROBACIÓN DE NUESTRA PROPUESTA LEGISLATIVA, PARA DETENER LA CRISIS CAMPESINA. pic.twitter.com/Wmz0O46yGB
— Coord.Intesectorial (@CoordinadoraCNI) 24 de julho de 2017
Desde julio del año pasado, Paraguay está siendo escenario de protestas de parte de agricultores familiares. Las mayores movilizaciones, cerca de 10 hasta ahora, transcurrieron en Asunción, donde los campesinos mantienen un campamento frente al Congreso Nacional. Más allá del lugar de concentración, los grupos también promueven marchas. La articulación se hace por medio de la Coordinadora Nacional Intersectorial – CNI. La entidad culpa el gobierno de Horacio Cartes por la actual crisis de la agricultura familiar debido a la ineficiencia de los proyectos que incentivan la producción, pues terminaron generando deudas imposibles de pagar.
Las familias de pequeños productores sufren con la quiebra en la producción. Uno de los factores fue la fuerte helada (Foto: Coordinadora Nacional Intersectorial)
La CNI defiende la cancelación de las deudas de los pequeños agricultores con el sector público y también de las cuentas que adquirieron con el sector privado. Más allá de esto, defiende la permanencia de las manifestaciones hasta que el Ejecutivo atienda otras demandas como concesiones de subsidios para producción, legalización y regularización de tierras, aplicación de un plan para impulsar la producción, además de la concesión de nuevos y renegociación de créditos. Todas estas exigencias están contenidas en la Ley Nacional de Emergencia para la Reactivación Productiva de la agricultura familiar, propuesta entregada por la organización al senador Fernando Lugo.
Por medio de un informe, la CNI también destaca que hay millares de pequeños agricultores que están en riesgo de perder la propiedad de la tierra que trabajan, “producen alimentos para el sustento de la familia, por causa de sus deudas”. La CNI también pide al Comité de Finanzas del Senado que se pronuncie sobre la propuesta legislativa.
Para el gobierno de Paraguay, la condonación es inviable. Por eso, defiende un refinanciamiento de la deuda y de intereses más bajos, como fue acordado el año pasado, cuando los agricultores se reunieron en Asunción durante más de 20 días. Las autoridades afirmaron que no hay presupuesto para atender la condonación de la deuda que afecta a los campesinos y la producción agrícola, que es de cerca de 34 millones de dólares.
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Lucha de pequeños agricultores paraguayos revela otra cara de la desigualdad en el país - Instituto Humanitas Unisinos - IHU