06 Mai 2016
En el marco del nuevo clima político que el diálogo de las guerrillas y el Gobierno ha creado en Colombia, el movimiento social alza su voz, denuncia, propone y exige espacios propios. La guerra no está terminada. El paramilitarismo se consolida como un fenómeno cada vez más preocupante contra la paz. Y la necesidad de reforzar la movilización ciudadana sigue constituyendo un desafío esencial. Así lo enfatiza Marylén Serna Salinas en su visita a Suiza como parte de una extensa gira que abarca una decena de grandes ciudades de varios países europeos. Serna Salinas, destacada dirigente campesina del Cauca, en el suroeste colombiano, es vocera nacional del Congreso de los Pueblos e integrante del comité de impulso de la Mesa Social para la Paz.
Entrevista con Marylén Serna, vocera del Congreso de los Pueblos.
La entrevista es de Sergio Ferrari, publicada por Movimientos Sociales en Colombia, 05-05-2016.
¿Cuáles son hoy los temas prioritarios del Congreso de los Pueblos?
En primer lugar, queremos denunciar la reactivación del paramilitarismo y las consecuencias de este fenómeno preocupante para los movimientos sociales. Por otra parte, anticipar y dar a conocer una propuesta de movilización social a impulsar a mitad del año en curso. Y socializar también nuestra propuesta de Mesa Social para la Paz que la concebimos como un espacio de diálogo y negociación nacional a favor de la paz y la democracia. Esta Mesa Social para la Paz se trata de un escenario en donde se deberían encontrar, cara a cara, el movimiento social popular y los poderes institucionales y económicos para debatir sobre los problemas que aquejan al país, acordar salidas eficaces a los conflictos socio-políticos (al origen mismo de la confrontación armada) y pactar las bases para una sociedad democrática, justa y en paz.
¿Qué significa su denuncia sobre la reactivación del paramilitarismo?
Esos grupos nunca dejaron de actuar en los territorios y los movimientos sociales sentimos su embate. Ahora se articulan más a nivel nacional, siguen obstaculizando el proceso de paz y piden al Gobierno ser reconocidos en tanto actores políticos lo que es sumamente preocupante. A esto se le suma el ya constante proceso de criminalización de los movimientos sociales, con detenidos, amenazas, procesados, asesinatos, falta de garantías para poder movilizarse y el incremento de múltiples violaciones de los derechos humanos.
Movimientos sociales y diálogos Gobierno-guerrillas
¿Cómo se posiciona el Congreso de los Pueblos, en tanto confluencia de movimientos y organizaciones sociales, ante el diálogo de las guerrillas con el Gobierno?
Mantenemos nuestra perspectiva de autonomía. Pedimos que haya un espacio de negociación propio, nuestro, de los movimientos sociales y en ese sentido proponemos la instalación de la Mesa Social para la Paz, como instancia de negociación entre la sociedad colombiana en su conjunto y el Gobierno. El comité que la impulsa está compuesto por unas 40 importantes organizaciones sindicales, agrarias, ambientalistas, representantes de las distintas expresiones de fe, diversas coaliciones, etc. Un espectro muy amplio y representativo.
¿En el marco del diálogo FARC - Gobierno hubo espacios de participación para el movimiento social?
Se dieron ciertos espacios como los Foros Temáticos donde participamos activamente. Pero esta presencia es insuficiente.
¿Y en el diálogo del ELN con el Gobierno?
No podemos todavía hacer un juicio ya que la negociación recién se lanza. La participación de la sociedad está planteada como punto central pero veremos la metodología para la misma, aunque desde la Mesa Social para la Paz existe la disposición de hacer parte del ejercicio de participación.
¿Reconocen sin embargo avances en esos espacios de diálogo y negociación?
Sin duda reconocemos la importancia de esas negociaciones pero insistimos en contar con un espacio propio para expresar nuestras reivindicaciones en tanto movimiento social. Luchamos históricamente a favor de la paz. Hemos impulsado en nuestros territorios programas alternativos en lo económico, programas de soberanía alimentaria, propuesta diferentes en la salud y educación. Y es fundamental que esas experiencias aporten a la construcción de la paz y que encontremos un mecanismo para tener un espacio con el Gobierno para discutir y aportar esos modelos y ricas experiencias.
¿Cuál es el estado subjetivo actual del ciudadano colombiano medio con respecto a este gran desafío de la búsqueda de la paz y de la reivindicación de ustedes de contar con un propio espacio de negociación?
Nos falta mucho por hacer para poder llegar al común de la sociedad. Sin duda, los procesos anteriores fallidos de negociación crean incertidumbre y confusión. Sin olvidar que existen también sectores poderosos que se oponen a la paz y quisieran que continúe la guerra. Una parte de la sociedad ve al proceso en marcha como muy alejado de su vida cotidiana y de su entorno cercano. Y por todo esto es muy importante plantear la alternativa de la Mesa Social para la Paz para acercar la construcción de la paz a la sociedad y hacer palpable la posibilidad de ser partícipes.
¿En este marco de incertidumbre entre importantes sectores que se propone la movilización que ustedes prevén para mitad de este año?
Consistirá en continuar lo que impulsamos desde hace tiempo. Ejercer el derecho de protesta mancomunadamente con importantes actores sociales y defender la propuesta de forjar un espacio para negociar políticas de país, en clave también de aportar a la construcción de la paz. Pensamos realizarla simultáneamente en distintas regiones del país, en forma indefinida, posiblemente hacia el mes de junio.
¿Cuál es vuestra expectativa con respecto al aporte desde Europa y de la comunidad internacional en esta etapa que vive el movimiento social colombiano?
Que logremos contar con un apoyo activo a nuestro reclamo y movilización. Un sostén a favor del respeto de los derechos humanos. Y a la participación ciudadana en la construcción de la paz en condiciones de respeto de la vida y los derechos humanos. Queremos que haya voces en el exterior, en Europa, que nos acompañen en el mismo momento en que lancemos la Mesa Social para la Paz. Y que reclamen el derecho a la protesta en el marco de la movilización en Colombia. Acompañamiento y presencia activa de Gobiernos, parlamentarios, y de la sociedad civil en general. También queremos ofrecer un lugar de participación a los colombianos y colombianas que se encuentran en el exterior.
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“Exigimos un espacio propio de negociación”. Entrevista con Marylén Serna (IHU/Adital) - Instituto Humanitas Unisinos - IHU