Por: Lara Ely | Tradução: Mariana Szájbély | 29 Agosto 2017
La muerte del reportero policial Cándido Ríos Vázquez “Pavuche”, del Diario de Acayucan, en la última semana, pone en jaque la onda de violencia creciente a profesionales de la prensa mexicana. Solamente este año, fueron asesinados diez profesionales, dato que coloca al país como el más mortífero para profesionales de la prensa en América Latina.
Protegido por el mecanismo creado por el gobierno mexicano para profesionales en situación de amenaza, el periodista tenía 55 años y cubría cuestiones ligadas a la corrupción de la clase política y al crimen organizado. Muerto en el municipio de Hueyapan de Ocampo, Veracruz, junto a otras dos personas, Pavuche es el 22° periodista asesinado desde el año 2000 en este estado, el más peligroso para la actuación de los comunicadores.
“Esta nueva tragedia confirma la urgencia con que las autoridades federales deben reformar la medida de protección de los periodistas, que una vez más mostró su ineficacia”, declaró Emmanuel Colombié, director del Escritorio de la entidad Reporteros Sin Fronteras para América Latina. En su informe “Veracruz, los periodistas frente al miedo”, publicado el 2 de febrero, en RSF detalla las fallas de los sistemas de protección en México y propone una serie de recomendaciones para mejorar la situación. El país ocupa el 147° lugar entre 180 en el Ranking Mundial de la Libertad de Prensa establecido por RSF en 2017.
En Brasil, todavía no hay un reglamento nacional de protección a los periodistas en peligro, lo cual refuerza el clima de impunidad.
Ejecución a sangre fría
En la patria de los carteles de la droga, quien osa hablar sobre temas sensibles o indebidos para los jefes del crimen termina entrando en la estadística. No es raro que los periodistas sean víctimas de intimidación, amenazas y, con frecuencia, ejecutados a sangre fría. Estos crímenes permanecen, la mayoría de las veces, impunes – una impunidad que se explica por la corrupción generalizada que reina en el país.
La RSF señala el cartel de Los Zetas como el predador de la libertad de prensa y un posible responsable por las muertas. En su portal, la organización atribuye a los carteles mexicanos la onda de violencia contra los periodistas, principalmente en los estados del nordeste y en el golfo de México, donde están los casos más graves.
“El clima de terror instaurado tiene como efecto la autocensura, que se respira en todas las redacciones locales. Aquellos que se atreven a hablar pagan con la propia vida, o fueron obligados a exiliarse. El número de profesionales de la información muertos o desaparecidos desde los años 2000 es alarmante”, menciona el portal.
“Ser periodista en México parece mas una sentencia de muerte que una profesión”, afirmó la directora de Amnistía Internacional de México Tania Reneaum.
Además de Pavuche, la violencia de los carteles mexicanos victimizó nombres como el del periodista y presentador del Canal de Noticias Rosarito Luciano Rivera, el locutor y director del Canal 6 de Nova Italia Salvador Adame, el director del semanario Riodoce Javier Valdez y el repórter de El Costeño de Autlán, Jalisco, Jonathan Rodríguez.
En julio de este año, el diario Norte, de Ciudad Juárez, anuncio el cierre de sus actividades debido a “los peligros y condiciones adversas” para el ejercicio del periodismo después que la colaboradora Miroslava Breach fuera asesinada.
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México bate record de asesinatos a periodistas - Instituto Humanitas Unisinos - IHU