Por: Ricardo Machado | Tradução: Juan Hermida | 29 Junho 2017
Informe del Citizen Lab, de la Universidad de Toronto en Canadá, trae un levantamiento que comprueba el uso de algoritmos espiones por parte del Estado mejicano
Hace por lo menos diez días, varios periodistas de Méjico vienen acusando al gobierno de Enrique Peña Nieto de haberlos perseguido por medio de un aplicativo de espionaje llamado Pegasus, cuya fabricación sería de la empresa NSO Group, con sede en Israel. Según datos de agencias de noticias, el 19 de junio fue noticiado por la primera vez que el gobierno de Méjico había espiado periodistas. Una semana antes el NSO Group, anunció la apertura de la venta de la empresa por más de mil millones de dólares. Menos de dos semanas después, el jueves, 29-6-2017, nuevas sospechas de espionaje salieron a la luz, pero de esta vez los involucrados eran políticos opositores al actual presidente de Méjico, entre ellos, Ricardo Anaya, presidente del Partido de Acción Nacional – PAN, y Roberto Gil, ex presidente del Senado mejicano.
La denuncia de espionaje gana contornos de mayor gravedad sobretodo en el actual contexto mejicano, de profunda violencia, en que, solamente en los seis primeros meses del año, ocho periodistas fueron asesinados. El escándalo de espionaje fue denunciado por el Citizen Lab, de la Universidad de Toronto, en Canadá, cuyas averiguaciones de como fueron hechas las invasiones en los celulares de diversas personas para espiarlas es resultado de un proyecto que se vuelve a la protección de la libertad de prensa.
Periodistas mejicanos Carlos Loret de Mola y Carmen Aristegui están en la lista de Citizen Lab (imagem Instagram)
De acuerdo con el levantamiento hecho por el equipo de Citizen Lab, entre enero de 2015 y julio de 2016 fueron enviados mensajes de texto a periodistas y activistas con el siguiente mensaje, supuestamente enviada por la embajada de los Estados Unidos: “Detectamos un problema en su visa, por favor diríjase a la embajada para ver los detalles.” Más allá de la información ser falsa, el problema es que estos mensajes contenían internamente un “algoritmo espía”, que pasaba a proporcionar informaciones para un servidor del Estado mejicano sobre el usuario del aparato.
Imagen producida en el Citizen Lab muestra las invasiones por mes
En materia publicada por el periódico The New York Times, la información es que el Ministerio de la Defensa y el Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional mejicanos, de hecho, hicieron un contrato con el NSO Group para la compra de “herramientas” digitales. El propio presidente Peña Nieto, en materia divulgada por El País confirmó que su gobierno posee esos dispositivos tecnológicos, pero negó cualquier participación con escándalos de espionaje. En una carta enviada a la redacción del periódico The New York Times afirmó: “No hay prueba alguna de que agencias del Gobierno mejicano sean responsables de la supuesta espionaje.” Las páginas iniciales de cuatro contratos del gobierno mejicano para la compra de tecnologías espías pueden ser leídos abajo.
Frente a la repercusión nacional e internacional del caso, la Fiscalía General de la República de Méjico abrió, el día 21 de junio, una investigación para averiguar las denuncias de espionaje y se manifestó por nota. Las averiguaciones todavía están en el comienzo y en la medida que más informaciones se hacen públicas nuevos episodios aparecen, como el caso de espionaje al Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez - Centro Prodh,una de las organizaciones civiles mejicanas que se han colocado en defensa de los padres de las 43 víctimas de Ayotzinapa. Ante el ocurrido, la provincia mejicana de la Compañia de Jesús, mantenedora del Centro Prodh, emitió nota en que condena la espionaje gobiernamental.
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Activistas sociales, periodistas y políticos acusan al gobierno de Méjico de espionaje - Instituto Humanitas Unisinos - IHU