Por: Lara Ely | 09 Agosto 2017
La pelea por la restitución de las tierras ancestrales en Chile y Argentina derivó en violentos enfrentamientos y puede llevar a la extradición de uno de los líderes del Movimiento de Resistencia Mapuche
En la Patagonia argentina, la lucha del pueblo indígena Mapuche por el derecho ancestral a las tierras de la compañía italiana Benetton resultó en un conflicto territorial que ya se arrastra por más de diez años. El último mes, nuevos episodios han reencendido el debate en vuelta del tema. La disputa envuelve leyes de Chile y de Argentina e incluye actos de violencia contra indígenas, habiendo convertido uno de los principales líderes del movimiento, Jones Huala, en terrorista internacional con vistas a la extradición.
Preso hace más de un mes en la ciudad argentina de Esquel, Huala movilizó la opinión pública por defender una cuestión territorial tan polémica cuanto las campañas publicitarias de la marca que combate. La tierra adquirida en 1991 por los hermanos Benetton es responsable por 10% de toda la lana usada por la gigante del sector textil. Sobre las 900 mil hectáreas en cuestión (área mayor de que la ciudad de Madrid, en España) vive un rebaño de 100 mil ovejas.
En la estancia que tienen en la Cordillera de los Andes como paisaje de fondo, solamente el balido de las ovejas y el soplo del viento rompen el silencio. Gauchos que hacen el pastoreo montan sus caballos a pelo. Sin agua canalizada ni luz eléctrica, ellos tienen una forma rudimental de espantar el frio oriundo de las montañas: toman mate y usan fuego.
“Queremos abrir una puerta para mostrar que se puede iniciar la recuperación territorial, que podemos exigir nuestro derecho sobre las tierras como parte del pueblo mapuche (…). Fuimos denunciados como usurpadores de este territorio. Ello si que son los usurpadores”, dijo Atilio Curiñaco, uno de los primero a ocupar las tierras, en 2007, al reportaje de El País.
(Imagem: Reprodução infográfico El País)
Originarios de las regiones centro-sur de Chile y del sudeste de la Argentina, el pueblo mapuche dice que no reconoce fronteras, “puesto que habitan de mar a mar.” Residen en un área de 500 hectáreas sin papeles o documentos. Acusados de ocupación ilegal, robo de ganado y violencia contra la policía, los indígenas son representados por el grupo Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), que quiere reconstruir la historia de la tribu en la Patagonia.
La discusión en vuelta del tema llevó al líder Facundo Jones Huala a ser detenido el 27 de junio de este año, lo que culminó en una serie de protestos en la comunidad de Cushamen, provincia de Chubut, cerca de la ciudad de Esquel. En la ocasión, desapareció Santiago Maldonado, uno de los manifestantes que defienden la liberación del líder.
Actos como el bloqueo de calles e incendios en propiedades fueron reprimidas con violencia por parte de la Gendarmería Nacional Argentina (la fuerza de seguridad nacional del país). En entrevista al periódico El País , la portavoz de los Mapuches Soraya Maicono afirma que sus abuelos y tátara abuelos se transformaron en piezas de museo en La Plata, pero antes de la invasión de las tierras de Benetton no se hablaba de sus pueblo.
“Nosotros somos consecuencia de esta violencia. ¿Entonces, de quien es la Patagonia? ¿Porqué alguien no empieza a aprofundar? ¿Cuánto costó? ¿Qué impuestos pagó? Ellos hablan de violencia, pero mataron y humillaron nuestros abuelos, repartieron a las niñas entre los hombres de Buenos Aires. Ellos bajaron la cabeza, y nosotros vamos a decir basta. Ya no tenemos miedo”, dijo Soraya al periódico español.
Otra indígena no identificada por la misma reportaje argumenta que el título de terroristas viene de la falta de capacidad de crear un diálogo político: “Las personas que se aproximan de nosotros perciben que solamente queremos condiciones de generar un diálogo. Y estamos abiertos y preparados para este diálogo. Llegaron con armas y nosotros nos protegimos con piedras como nuestro ancestrales lo hacían.”
Los indígenas relatan el uso de la fuerza física y violencia contra las mujeres, en frente de sus hijos. Esta represión contra la comunidad Resistencia Cushamen fue condenada por la Amnistía Internacional – AI, que consideró fuera de proporción el envío de 200 policiales para contener los protestos. La entidad manifestó la necesidad de el Estado empeñarse para alcanzar una solución pacífica. “La comunidad fue retirada e intenta recuperar sus tierras. Debe repensarse las formas de articulación con las comunidades”, destaca Paola Garcia Rey, directora de Protección de Promoción de Derechos Humanos de la AI en Argentina.
(Foto: Villarrica Volcano Panorama/Flickr CC)
Para un programa de entrevistas del periódico alemán Deutsche Welle, la portavoz de la Sociedad para los Pueblos Amenazados – GBV (la sigla en alemán), Yvonne Bangert, defiende que la mayoría de las demandas territoriales de los Mapuches son legítimas y, como existe una autoridad chilena encargada de la restitución de tierras es preciso haber mejores mecanismos de reglamentación, como controlar que los terrenos devueltos también sean productivos.
La Constitución Argentina permite que los pueblos originarios reivindiquen tierras, pero la Benetton rechaza el derecho ancestral de los Mapuches y alega que ellos son originarios de Chile. “Es como si yo fuera a Escocia a reclamar las tierras de mis antepasados. Aquí, ellos son tan inmigrantes cuanto mi abuelo”, dijo Ronald Mc Donald, nieto de escoceses que llegaron a la Patagonia para cuidar de ovejas y actual administrador de la Benetton en la Patagonia Argentina.
De acuerdo con Guido Otranto, juez federal que intervino en una de las causad contra los indígenas, se trata de un grupo que defiende cuestiones territoriales contra las autoridades públicas y que reacciona de manera violenta. Sin la intervención del Estado, la disputa sigue en abierto.
Desde la década de 1990, la falta de barreras legales aliada a los paisajes paradisíacos y grandes territorios vírgenes fue atractivo para la entrada de extranjeros en la región. Empresarios son apellidos poderosos como los hermanos Benetton llegaron al local para aumentar su facturación, pero no pasaron desapercibidos en los tribunales.
La empresa con sede en Treviso fundada en 1965 y administrada por los hermanos Giuliana, Carlo, Gilberto y Luciano tiene acciones en la Bolsa Italiana, en Frankhurter Wertpapierböse y en la New York Stock Exchange.
Conocida en el mundo de la moda por sus campañas osadas y repletas de críticas sociales, la marca de estilo joven y multicolor tuvo una facturación de 1,5 mil millones de euros en 2015. Por su decisión de expulsar a los indios, que vivían dentro de sus tierras desde tiempos inmemoriales, la situación de la Benetton inspiró al gobierno argentino a crear una ley para reglamentar la venta de tierras a los extranjeros. La norma aprobada en 2011 recibió el nombre de Amparo al Dominio Nacional sobre la Propiedad, Pose y Ocupación de Tierras Rurales e impuso, como límite, que ninguna persona física o jurídica, pueda ser dueña de más de 15% del territorio nacional, provincial, estadual o municipal.
De ese porcentaje, los extranjeros no pueden tener más de 30% y, en ningún caso, más de 1.000 hectáreas. Pero la ley no fue retroactiva, y la Benetton puede mantener la pose de sus inmuebles.
“Ese conflicto fue resuelto en parte, los Mapuches se quedaron en el territorio, pero la falla judicial dejó una brecha, que hace que no sean dueños de todo”, explica a El País Gonzalo Sánchez, autor de La Patagonia vendida y Patagonia perdida, dos libros que abordan la extranjerización de las tierras en el sur de la Argentina.
Si por un lado la situación territorial parece estar resuelta con la reglamentación, lo mismo no ocurre con el destino del líder indígena Jones Huala, que apeló para la huelga de hambre para forzar una resolución entre los países.
En cuanto Chile pide su extradición como terrorista para juzgarlo responsable por el incendio de un latifundio en enero de 2013, la Suprema Corte argentina niega la entrega del acusado. La Justicia común inició otro juicio contra él por la misma causa.
“Estoy preso por ser un militante y un símbolo de la resistencia de mi pueblo, por expresar lo que piensan millares de mapuches y de otras comunidades”, afirmó desde dentro de la prisión.
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Un gigante de la moda en contra de los Mapuches - Instituto Humanitas Unisinos - IHU