"El Reino de Dios no es una religión del espectáculo". El Papa Francisco ha llamado a "vencer la tentación" de los que siempre buscan en la religión "nuevas revelaciones" o "fuegos artificiales", durante la misa matutina en Santa Marta.

El reportaje es de Jesús Bastante, publicado por Religón Digital, 10-11-2016.

Refiriéndose al Evangelio del día, en el que Jesús responde a los fariseos que le preguntan cuándo llegará el Reino de Dios, Bergoglio apuntó que éste "crece si cuidamos la esperanza en la vida de cada día".

"Es como una pequeña semilla que está sembrada y crece sola, con el tiempo. Dios lo hace crecer, pero sin atraer la atención", recalcó el Pontífice, quien recordó que "no es una religión del espectáculo, que siempre está buscando cosas nuevas, revelaciones, mensajes. Dios ha hablado por medio de Jesucristo: esta es la última palabra de Dios".

"Lo demás son como fuegos artificiales que te iluminan por un momento y después ¿qué queda?, nada. No hay crecimiento, no hay luz, no hay nada: un instante", proclamó el Papa. "Las luces no sirven para iluminar una casa, es un espectáculo".

Ante esas tentaciones del espectáculo, alejadas de la Revelación, Francisco contrapuso la esperanza. "Desear cosas ajenas no es esperanza: es el deseo de tener algo a mano" indicó, añadiendo que "nuestra salvación se da en la esperanza, la esperanza que tiene el hombre que siembra el grano o la mujer que prepara el pan, mezclando levadura y harina: la esperanza de que crezca".

¿Qué debe hacer el cristiano mientras esperamos el Reino?" "Tenemos que vigilar. Vigilar con paciencia. La paciencia en nuestro trabajo, en nuestros sufrimientos... Vigilar como el hombre que plantó la semilla y espera la planta y trata que no haya mala hierba cerca, para que la planta crezca", apuntó el Papa.

"Vigilar la esperanza, crecer en la esperanza. Porque en ella hemos sido salvados", incidió Bergoglio, quien recalcó que "la esperanza es el hilo de la historia de la salvación". La esperanza de encontrar al Señor definitivamente. El Reino de Dios se hace fuerte en la esperanza".

Ante esto, el Papa animó a preguntarnos: "¿Yo tengo esperanza o voy adelante como puedo y no sé discernir el bien del mal, el grano de la cizaña, la luz, la suave luz del Espíritu Santo de esta luminosidad artificial?". Como respuesta, saber que "nuestra esperanza está en esta semilla que está creciendo en nosotros" y en "cómo vigilamos nuestra esperanza".

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