03 Agosto 2016
El Papa le envió una carta a la Conferencia Episcopal expresando su preocupación por el desempleo, a días de la celebración de San Cayetano. Está previsto que organizaciones sindicales y sociales, algunas cercanas a Bergoglio, hagan una marcha.
A pocos días de la celebración de San Cayetano, el papa Francisco advirtió que “los índices de desocupación son significativamente altos”. Sin mencionar al gobierno, pero aludiendo sin duda a las consecuencias de su gestión, advirtió sobre el elevado desempleo que está sufriendo el país, y subrayó que “cuando pedimos trabajo estamos pidiendo poder sentir dignidad”.
El reportaje es de Laura Vales, publicado por Página12, 02-08-2016.
La crítica fue formulada en una carta al monseñor José María Arancedo, titular del Episcopado. En ella, Jorge Bergoglio envió un saludo a los miles de fieles que irán a diversos templos del país a pedir pan y trabajo. “A San Cayetano le pedimos pan y trabajo. El pan es más fácil conseguirlo porque siempre hay alguna persona o institución buena que te lo acerca, al menos en Argentina donde nuestro pueblo es tan solidario. Hay lugares en el mundo que ni esa posibilidad tienen”, señaló Francisco, para marcar que si el pan no es tan díficil de conseguir, en cambio al “trabajo es tan difícil lograrlo, sobre todo cuando seguimos viviendo momentos en los cuales los índices de desocupación son significativamente altos”.
La carta remarca la importancia del trabajo como estructurador social. “El pan te soluciona una parte del problema, pero a medias, porque ese pan no es el que ganás con tu trabajo”, indica. “Una cosa es tener pan para comer en casa y otra es llevarlo a casa como fruto del trabajo. Y esto es lo que confiere dignidad”.
Por otra parte, apunta contra los que “viven de arriba”. “La sabiduría de nuestro pueblo usa un dicho para calificar a quien, pudiendo trabajar no lo hace: ‘Ese vive de arriba’. Y nuestra gente menosprecia a quienes ‘viven de arriba’, porque arteramente atisban en ellos una cierta falta de dignidad”.
La carta fue enviada a monseñor Arancedo días atrás, con un embargo que se mantuvo hasta ayer, cuando la sala de prensa del Vaticano la difundió. “Es muy cercana, afectiva, reflexiva por una fecha muy emblemática para todos nosotros como es San Cayetano”, comentó Arancedo. El titular de la Conferencia Episcopal condimentó el mensaje del papa a los argentinos con consideraciones propias en las que retomó las críticas al gobierno. Sostuvo, por ejemplo, que las propias cifras del ministerio de Trabajo reconocen un deterioro en la situación del empleo y consideró que “es un tema que debe ser asumido”, ya que el trabajo “no es un elemento más sino que tiene que tener en la cuestión social un lugar preponderante”.
En ese sentido, reclamó que “el gobierno y los empresarios” apuesten “al trabajo como una cuestión fundamental, no solamente como una ecuación dentro de una cadena productiva”.
Sobre el sentido de la carta, indicó que el Papa “tomó la fecha emblemática del 7 de agosto para decirnos (a los obispos) que estemos cerca de la gente, que acompañemos al pueblo argentino en el marco de un clima que preocupa”.
Según los organismos que vienen monitoreando los despidos, el número de personas que quedaron sin trabajo en estos siete meses ya supera las 160 mil personas, y trepa a 180 mil si se le agregan las suspensiones. Así lo indican, por ejemplo, los datos del CEPA (Centro de Economía Política Argentina) que en su último informe contabilizó la pérdida de empleos desde diciembre de 2015 hasta finales de junio. También el Observatorio Social de la CTA Autónoma viene advirtiendo sobre este deterioro del mercado laboral, que se completa con la baja de la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.
Por eso, este año, el día de San Cayetano volverá a ser un termómetro de la situación social. En la ciudad de Buenos Aires, a las miles de personas que se espera concurran al santuario de Liniers por la celebración religiosa se agregará una marcha hasta la Plaza de Mayo, convocada por organizaciones sociales y sindicales, algunas de ellas cercanas a Francisco. La Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista y Combativa, Barrios de Pie son los organizadores de esta protesta contra la política económica. A ellos se sumarán las dos CTA y gremios combativos de la CGT.
A las 9 de la mañana, una Caravana de la Dignidad, integrada por las juventudes de la Ctep, la CCC y Barrios de Pie saldrá de Liniers; al llegar a la avenida 9 de Julio se les sumará el grueso de las columnas, que tienen previsto llegar a la Plaza de Mayo alrededor de las dos de la tarde. La marcha –como ya ha sucedido en otros momentos de crisis económica– toma una de las fecha más sentidas por los fieles católicos como caja de resonancia para el reclamo político. Sus convocantes tuvieron una reunión con el párroco de San Cayetano para que un grupo de los marchantes pasen por el templo para recibir una bendición “en nombre de los trabajadores”. La misa y la marcha son dos actividades independientes entre sí, pero como imagen de los tiempos que corren, los dirigentes sociales apuestan también a sumar a su caravana a algún cura villero.
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