06 Julho 2016
“Tanto en la ascensión social cuanto en el crimen, existe esa opción de consumo, sólo que, obviamente, de formas muy diferentes, porque en el crimen eso obtiene una dimensión exacerbada ya que la ostentación es una forma de ejercer la superioridad social entre los pares”, afirma la científica política.
Los cambios sociales, económicos y políticos que están ocurriendo en el Brasil desde los años 1990 han dado origen a un “movimiento preocupante”, llamado por la científica política Thais Pavez de “falta de solidaridad social”. Según ella, tal fenómeno es vivido por aquellos “que ascienden socialmente” y “no necesariamente permanecen conectados a los intereses del propio grupo social; por el contrario, a veces, ocurre un proceso de desvalorización del propio grupo para adherir a una identificación, por ejemplo, de clase media, o quien vive del crimen para a ostentar su consumo.”
De acuerdo con Thais, ese fenómeno ha sido recurrente en las periferias de San Pablo, en donde el consumo se convirtió en uno de los principales deseos de los miembros de las comunidades. Autora de la disertación de maestría intitulada “Política pública y formación de capital social: evaluación de la política municipal de urbanización de favelas de programa “San Andrés más igualitario”, Thais reflexiona sobre las expectativas de vida de los jóvenes que viven en las periferias en relación a los proyectos de vida de sus padres y abuelos, y señala que “existe un cambio fundamental de expectativa entre los más pobres.” En cuanto las generaciones pasadas tuvieron sus proyectos de vida asociados a la migración del campo para la ciudad y fueron empleados en el sector industrial, las nuevas generaciones fueron integradas al “mercado moderno de consumo”, el cual pasó a ocupar un espacio central en sus vidas.
Junto con ese cambio de perspectiva, explica, hubo también una reestructuración del mercado de tráfico en las periferias, bien como del mercado de trabajo durante el lulismo, que aunque tenga garantido el aumento del empleo formal, también aseguró la precarización y los bajos sueldos. Con eso, menciona, “dos posibilidades se reavivaron entre los jóvenes: envolverse en el crimen o seguir en el camino del trabajo.”
En la evaluación de la investigadora, el movimiento que hoy mejor expresa los anhelos de los jóvenes de la periferia es el llamado “rolezinho” (salida en grupo), “que expresa el deseo de esos jóvenes de participar de los shopping, de pasear, de tener acceso al ocio.” Para Thais, hoy “existe una dificultad de presentar un proyecto que contribuya para aprovechar ese movimiento reivindicatorio de los jóvenes, como el de los rolezinhos y otros que han sucedido, y que tienen el sentido de organizar esos jóvenes políticamente, porque ese proyecto de integración al mercado es lo que está establecido.”
En términos políticos, señala, “existen dificultades para que la izquierda pueda realizar trabajos de base en la periferia, principalmente a causa de las iglesias evangélicas, que acaban inhibiendo muchas acciones más de reivindicación, a causa de esa asociación que ellas hacen de las manifestaciones a los alborotadores, inclusive a los bandidos; y por culpa del PCC, que tiene la administración y el control territorial de las periferias.”
Thais Pavez tiene doctorado y maestría en Ciencia Política por la Universidad de San Pablo – USP y es graduada en Administración Pública por la Universidad de Chile.
La entrevista es de Patricia Fachin | Traducción de Juan Luis Hermida.
Lea aquí parte de la entrevista.
IHU On-Line - ¿De qué modo los jóvenes de la periferia, entrevistados en su estudio, piensan la política y los partidos?
Thais Pavez – La tesis mostró que entre los jóvenes que ya habían participado de las elecciones – trabajé con jóvenes entre 16 y 24 años de edad – había una relación entre el comportamiento de su grupo familiar y el suyo propio, o sea, había una importancia fundamental de la referencia social o de su medio social inmediato para la elección de los candidatos. Entonces, esas referencias apuntaban para la elección de los candidatos del PT en las elecciones para el Ejecutivo. Las referencias más difusas que aparecían en las palabras de los jóvenes mostraban una valorización de las mejorías que el gobierno del PT había realizado y, de cierta manera, estaban presentes en la forma de pensar a respecto de las gestiones del PT y de las elecciones. Los jóvenes veían en el PT un interés social y esas referencias terminaron mostrando que había en el PT una preocupación en ayudar a mejorar la vida de los sujetos de su propia clase. Por causa de esa preocupación que los gobiernos del PT tenían con los pobres, esos jóvenes terminaban vinculando el partido a sus intereses, lo que contrastaba con los grupos sociales que ellos asociaban al PSDB.
Al PSDB asociaban, por ejemplo, la clase media y los grupos que vivían en las áreas ricas de las ciudades, y también los funcionarios públicos, específicamente los profesores, por causa de la red de enseñanza estadual. Había también, un cierto rechazo al PSDB por causa de la crítica que ellos tenían al régimen penitenciario, porque muchos de esos jóvenes tenían parientes, familiares, o compañeros presos, o sea conocían mucho más de cerca la realidad de las prisiones y por eso tenían una fuerte crítica. Esa percepción de que el PT se preocupaba con los más pobres también fue expresada en la valorización del gobierno de Marta Suplicy, ente 2001 y 2015, En San Pablo, en que hubo una mejoría social y una mejoría en la periferia.
Además del PT y del PSDB, el Partido Verde – PV también aparecía en las referencias de ellos, pero en ese caso los jóvenes no ejemplificaban directamente las cuestiones sociales relativas al partido; había una indefinición con grupos sociales que ellos creían que votaban en el PV. Pero ellos asociaban al PV algunas pautas del medio ambiente, especialmente el deseo por mejorías urbanas, como parques, ciclo vías, etc.
La referencia social vs la crítica social
Esa referencia social, en especial de la familia – los jóvenes sufrían una presión muy fuerte, la cual influenciaba en la elección de los candidatos - aumentó en las elecciones de 2014, cuando comenzó a manifestarse la crisis del lulismo. De un lado, esa presión los aproximaba de sus referencias y de otro, ellos mostraban un fuerte descontento con relación a las demandas. Cuando ese descontento aparecía, ellos hacían un movimiento contrario a ese de aproximarse de sus referencias sociales. Por lo tanto, diferente de la narrativa construida alrededor del PT y de identificación de ese partido con los pobres, en ese momento de descontento los jóvenes perdían esa referencia del partido. Eso se reflejaba en un descontento con la política, que movilizaba un voto de indignación directa a la opción final del grupo social, por lo tanto, esa relación con el partido se invertía.
Así había una especie de “denuncia” sobre el descaso de los políticos, sobre la ausencia de cambios sociales substantivos. En esa perspectiva, en las elecciones de 2014, ellos consideraban votar en blanco o nulo, o incluso, en un candidato opuesto al señalado por el grupo social, porque cuando ellos estaban descontentos, había una desautorización de las referencias sociales, inclusive con respecto a las mejorías del gobierno Lula, aunque muchos jóvenes conservasen esa idea de fondo con respecto a las mejorías de los gobiernos del PT. Uno de esos jóvenes que entrevisté hablaba mucho de la ausencia de políticas de diversión y de cultura en su barrio. La espera por la construcción de esos espacios es en una perspectiva que, entre los jóvenes, no se ve un horizonte de realización. Así, ellos incluso criticaban el gobierno municipal por causa de eso.
Reivindicaciones por espacios de diversión
Es interesante que esa reivindicación por espacios de diversión tenga que ver con una demanda muy fuerte por espacios de valor de uso de la ciudad, la cual aparecía en algunas acciones políticas o de movimientos más espontáneos de autonomía de esos jóvenes que vienen de abajo, como rolezinhos o sus idas al giro cultural o al Ibirapuera. Entonces, además de esa idea de que las clases populares son movidas por luchas salariales, también percibí que existe una fuerza motriz en esas reivindicaciones la cual tiene relación con esas otras cuestiones ligadas al ocio y al uso de los espacios.
En fin, en las elecciones de 2014, frente a la posibilidad de votar en blanco o en algún candidato que se oponga a la representación social, generalmente los candidatos del PSDB, muchos optaron por Marina Silva como siendo ese candidato contra el PT. Entretanto, aparecían a veces, también figuras “sueltas”, descontextualizadas de los partidos políticos. Entonces, la misma Marta que apareció en un momento de ese registro, cuando ellos estaban cerca de la referencia social del gobierno, en el momento del desencanto, también aparecía como una figura que se elevaba sobre las otras figuras políticas. O aparecía una figura como Tiririca, que figuraba de cierta forma, como un cinismo en relación a la política, o sea, a una desesperanza muy grande en relación a la perspectiva de haber algún cambio, una transformación substantiva en su vida. No es de extrañar que el eslogan de campaña “peor de lo que está no queda, vote en Tiririca” demostraba que Tiririca era un candidato que expresaba y figuraba ese desencanto, esa situación de desesperanza.
• La entrevista completa, en portugués, puede ser leída a continuación
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La falta de solidaridad social y la ostentación por el consumo: un nuevo retrato del Brasil. Entrevista con Thais Pavez (IHU/Adital) - Instituto Humanitas Unisinos - IHU