31 Outubro 2019
Masacre de Fenastras. El Salvador, †1989.
El local de la Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores Salvadoreños, FENASTRAS, en el centro de la capital, está atestado de público y sus dirigentes se hallan reunidos. Apenas pasado el medio día, estalla una bomba que destruye las dos plantas del edificio, mata a seis sindicalistas y causa heridas graves a treinta y seis, de los cuales mueren después cuatro.
Todo El Salvador puede ver por televisión la imagen descrita por la Comisión de Derechos Humanos No Gubernamental: "Los cuerpos presentan mutilaciones, desfiguración de los rostros, sin cabeza y laceraciones en todo el cuerpo...". La masacre se considera como una reacción al atentado contra el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, a cargo de un comando del FMLN, que hiere a varios civiles. La misma comisión deplora este hecho, pero considera injustificable la masacre, y concluye: "...representa la continuación de una serie de acciones que el alto mando militar impulsa contra el movimiento popular, lo que contradice el discurso humanitario y pacificador del presidente Cristiani".
En efecto, en la madrugada del mismo 31, efectivos de la Policía Nacional, según testigos, colocan una bomba en el Comité de Madres y Familiares de Presos, Desaparecidos y Asesinados Políticos de El Salvador, COMADRES, que estalla hiriendo a cinco personas, incluido un bebé de cuatro meses. La masacre de FENASTRAS provoca una reacción de repudio en todas las organizaciones, partidos y en el pueblo salvadoreño. Las Iglesias se manifiestan con declaraciones y actos religiosos. El obispo Rivera y Damas alude a ella en dos homilías "para consolar a los dolientes, orar por los difuntos, solidarizarse con los obreros, condenar el hecho salvaje y aconsejar madurez".
Silenciosamente, dolorido una vez más, el pueblo salvadoreño lleva sobre sus hombros, hasta el cementerio de La Bermeja, a sus nuevos mártires: Ricardo Cestino, de 35 años, Secretario de Actas del Sindicato de Empleados y Trabajadores de ANTA; Rosa de Elías, de 35, cocinera; Julia Aguirre, de 22, del Sindicato Gastronómico; Vicente Melgar, de 42, Secretario de Asistencia Social del SETA; José Daniel López, de 42, Secretario de Conflictos de la Federación; Luis Edgardo Vásquez, del Sindicato General de Empleados Bancarios; Febe Elizabeth Velásquez, del Comité Ejecutivo de la Unidad Nacional de Trabajadores y muy conocida por su trayectoria de lucha; María Magdalena Sánchez, de 17, Carmen Hernández y Juan Tejada, cuya filiación sindical no puede determinarse. Obreros, sindicalistas, religiosas y políticos viajan desde Estados Unidos, Canadá, México, Panamá y se unen al cortejo, seguros del triunfo final de los compañeros salvadoreños.